El Camino de Santiago está remontando y vuelve a recuperar la imagen de otros años pese a la incidencia de la quinta ola y el mal tiempo en el norte. Han sido casi cuarenta mil peregrinos tan solo en el mes de julio y ha habido más españoles que en el último verano antes del covid.
Al andar se hace el camino y al echar la vista atrás. La gente del lugar asegura que en unos pocos meses ha cambiado el ambiente, “de los apenas 3 que lo recorrieron en febrero a los más de mil peregrinos diarios en lo que llevamos de agosto”
En junio se registraron 14.810 peregrinos, en julio 33.883, si a principios de año no se llegaba a la centena de peregrinos por mes, en Semana Santa su número comenzó a crecer, y la tendencia se fue consolidando en los fines de semana a partir de que concluyese el tercer estado de alarma, el 9 de mayo.
En junio se apreció una subida importante, con 14.810 peregrinos, y ya en julio se contabilizaron 33.883, con una media que supera los mil diarios. Los días cercanos a la festividad del Apóstol congregaron a la mayoría de ellos, sumando 4.072 caminantes entre los días grandes, 24 y 25, pero ya desde la tercera semana de junio las cifras fueron en ascenso.
Los de julio son buenos datos, aun si se comparan con los del mismo período del 2019, antes de la pandemia, en el que se computaron 53.319 peregrinos, dado que la incertidumbre alrededor de las restricciones sanitarias aún preocupa a gran parte de la población.
Se ha confirmado que la mayor parte de los llegados a Santiago en julio son de origen español (un 75 %), lo que coloca al turismo nacional como el principal sostén para la reactivación de la peregrinación a Santiago. A mayores, un 55 % de los que hacen la ruta se decantan por realizar el Camino Francés, como venía aconteciendo ya desde hace años.