Si el ajo es uno de los alimentos más beneficiosos para la salud que puedes incluir en tu cesta de la compra, el ajo negro te sorprenderá por sus propiedades de todo tipo y por su peculiar sabor, muy distinto al del ajo tal y como lo conocías hasta ahora: no solo ayuda a tu sistema inmunológico a protegerte frente a enfermedades, sino que es un potente antibiótico, antiséptico, fungicida y bactericida. Por si fuera poco, este producto te ayuda a mejorar la presión arterial; controla tus niveles de azúcar en sangre, lípidos y colesterol; y, sobre todo, actúa como un potente antioxidante, ayudando a la eliminación de radicales libres 10 veces más que el ajo fresco. ¿Cuáles son las propiedades y beneficios del ajo negro y cómo se prepara esta receta?
El ajo negro no es un tipo de ajo existente de forma natural en la naturaleza, sino una versión del ajo fresco que se logra procesándolo de determinada manera. El resultado es un producto que, además de todas las propiedades anteriores, actúa como potente anticancerígeno y ayuda a calma el asma y los problemas respiratorios. Es recomendable en caso de debilidad y ayuda a mejorar la resistencia física, así como a luchas contra el insomnio y el estreñimiento.
Básicamente, en la creación del ajo negro interviene un lento proceso que se denomina la 'reacción de Maillard', que consiste en el conjunto de reacciones químicas que se producen entre las proteínas y los azúcares de los alimentos a altas temperaturas, generándose un reconocible color, sabor y olor tostado debido a una modificación en sus características.
Para ello hay que someter los bulbos de ajo a calor durante semanas, en condiciones de humedad, y sin que intervenga la fermentación. Al final de este proceso, el ajo perderá un poco de tamaño con respecto a su estado original y, como su nombre indica, tomará un color negro. También se perderá el característico 'olor a ajo', fruto de las modificaciones químicas que se producen en este producto durante el proceso.
Aunque este condimento procede de la cocina asiática -especialmente la coreana y la tailandesa-, su uso se ha extendido enormemente por Europa y Norteamérica en los últimos años, convirtiéndose en un ingrediente muy popular en la alta cocina. Su sabor es algo dulce y también un poco ácido, y a veces aparece como ingrediente en bebidas energéticas.
En cuanto a su uso en la cocina, es un ingrediente estrella en risottos y platos de cuchara, como la alubias, combinando muy bien con champiñones y setas. También puede da un toque interesante a cualquier receta de verduras, junto con, por ejemplo, un toque de miel. La salsa de ajo negro se utiliza mucho como acompañamiento a carnes rojas (por ejemplo, hamburguesas) y el alioli de ajo negro es quizás una de las recetas más sencillas y originales que puedes crear para conocer el sabor de este exótico y nutritivo ingrediente. También es un excelente acompañamiento para ciertos quesos, como el queso de cabra. Otro truco: añádelo a unos simples huevos fritos y disfruta del toque que le dará a esta sencilla receta.