La icónica ‘Escalera al cielo’ de Hawái tiene los días contados. Durante décadas, infinidad de residentes y turistas de la isla Maui han pisado sus 3.922 escalones, pese a que el tramo fue cerrado en el año 1987 por su peligrosidad. La multa por transitarlas es de mil dólares, algo que no parece importar a los visitantes que todavía se la juegan por la foto con el mundo a sus pies, con una triste consecuencia: esta joya en la cresta de las montañas de Haiku será demolida.
El pasado mes de septiembre, el Ayuntamiento de Honolulu aprobó con mayoría absoluta que las escaleras de Haiku fueran desmanteladas.
Los peldaños que parecen conducir a las nubes fueron construidas originalmente por la Marina de los Estados Unidos, allá por la década de 1940, por un motivo de practicidad: como acceso a una estación de radio que transmitía señales a los barcos del Pacífico.
Con el tiempo, la Escalera al cielo (Stairway to Heaven, como cantaba Led Zeppelin) se convirtió en una temeraria atracción turística, y a pesar de la prohibición de caminar por el sendero aplicada por ley desde 1987, muchos prefieren pagar la multa de mil dólares que perderse la experiencia.
Además de su peligrosidad, para llegar a las imponentes escaleras, la columna vertebral de la cordillera de Ko'olau de Oahu, es necesario atravesar una propiedad residencial privada.
“Debido a la invasión ilegal desenfrenada, Haiku Stairs es una responsabilidad y un gasto significativo para la ciudad, e impacta la calidad de vida de los residentes cercanos”, dice en una entrevista con Hawaii News Now la concejal Esther Kia'āina.
De acuerdo con la resolución del gobierno local, el derribo de las escaleras contribuirá a “reducir los disturbios en los vecindarios locales, aumentar la seguridad pública, eliminar la responsabilidad potencial de la ciudad y proteger el medio ambiente", aunque el desmantelamiento costará más de un millón de dólares al ayuntamiento.
Aunque su éxito como destino turístico es mucho anterior a la aparición de Instagram en nuestras vidas, lo cierto es que a red social no ha ayudado a disuadir las visitas. En 2016, al atractivo de sus casi 4.000 peldaños se sumó la colocación de un columpio ilegal sostenido por dos postes oxidados, un detalle que no parece importar a todo el mundo.
Organizaciones locales como Friends of Haiku Stairs y Kaneohe Neighborhood Board han intentado establecer un plan para que sea un proveedor privado quien se encargue de la seguridad y el mantenimiento del sendero, permitiendo subir a tan solo ochenta personas por día, con un límite anual de 20.000 visitantes, pagando un precio. No obstante la estrategia propuesta para evitar su desmantelamiento no ha tenido éxito, por lo que los hawaianos se tendrán que despedir para siempre de su escalera a los cielos.