Si tienes vértigo, el puente que acaba de inaugurar Portugal no es para ti. A 175 metros de altura, el pasadizo de 516 metros de trayecto se corona como el puente colgante peatonal más largo del mundo. ¿Te atreverías a cruzarlo?
Los atrevidos del mundo están de suerte, porque el nombrado ‘516 Arouca’ ya está abierto al público y las entradas son relativamente asequibles. Por 12 euros, cualquier adulto adicto a la adrenalina puede comprar una entrada y darse un paseo por el puente y los Passadiços do Paiva, los senderos de madera de más de 8 kilómetros que se encuentran en el Geoparque de Arouca, incluido en la Red Global de Geoparques de la UNESCO, a poco más de 40 kilómetros de Oporto.
Por si la distancia a recorrer a casi 200 metros de altura no fuera suficiente, los creadores de este puente se han asegurado de garantizar una experiencia de lo más temeraria fabricando un suelo de reja metálica que deja ver a través. Además, los cables y mallas que lo enmarcan son resistentes sin ser muy visibles, por lo que no entorpecen a la panorámica de los visitantes. Sentirás que vas flotando.
El ‘516 Arouca’ ha sido diseñado por el arquitecto portugués Filipe Bandeira, del estudio Itecons, y ha desbancado al puente Charles Kuonen Suspension Bridge de Suiza, con 494 metros de largo.
Si estás deseado visitar el nuevo puente de Arouca, te recomendamos reservar tu entrada antes de hacer las maletas porque antes de su apertura el 2 de mayo ya tenía lista de espera, con que conseguir una entrada allí mismo es algo complicado. Por cierto: los niños a partir de 6 años también tienen permitido el acceso.