París, la Ciudad de la Luz, croissants con exceso de mantequilla, citas a la luz de las velas frente a la corriente rumorosa del Sena… clichés, muchos clichés. Sin duda, una de las capitales europeas más icónicas del mundo para los millones de personas que pasean cada día por sus calles o suben la preceptiva foto de Instagram bajo la estructura cansada de la Torre Eiffel.
La capital francesa se ha ganado su lugar en nuestro imaginario gracias a la mezcla de regia majestad histórica, museos alucinantes y belleza urbanística. Con todo, nunca ha tenido fama de ser precisamente barata, y menos en un contexto de precios que crecen con cada galope descontrolado de la inflación.
El infierno para el bolsillo sería menos halagüeño si no fuera porque todavía hay una franja de edad que puede disfrutar de la ciudad con unos descuentos espectaculares. Si tienes menos de 26 años, la ciudad del Sena es toda para ti, y te explicamos por qué.
El motivo por el que se recomienda viajar a la ciudad de la Luz a cierta edad no es otro que la política cultural y el acceso al patrimonio y museos de la ciudad, una oportunidad única que tienen los menores de 26 para descubrir Europa. ¿Lo mejor? Pueden hacerlo sin arruinar el presupuesto.
Aquellos que provengan de países de la Unión Europea tienen acceso gratuito o tarifas reducidas en la mayoría de los museos y monumentos más importantes. Por eso, si tu sueño es recorrer el Pompidou o subir a la Torre Eiffel sin preocuparte demasiado por el ‘sablazo’ de la entrada, estás de enhorabuena.
El Louvre, con su vastísima colección de arte (hay vida más allá de la Mona Lisa y la Venus de Milo), es la primera visita obligatoria para gozarse el precio reducido. La entrada es gratuita para esta franja de edad, No hay muchos museos de primer nivel en el resto del mundo que ofrezcan este regalo.
La misma política cultural de coste cero para los jóvenes se extiende a otros museos emblemáticos de la urbe. Hablamos de que, por cero unidades de euros, se puede visitar el Museo de Orsay o el Pompidou, dos de los templos del arte europeo, tanto si te gusta el progresivo recorrido histórico por corrientes como el impresionismo y el puntillismo como si prefieres un golpe de arte contemporáneo.
Cuidado: el ‘gratis tota’l se aplicará por lo general solo en las exposiciones permanentes. Para las temporales, salvo que se indique en la política del museo, habrá que pagar la entrada regular como el resto de los mortales.
Si pensabas que para otras majestuosidades se te había acabado la suerte, nada más lejos. Esta política de acceso gratuito a los bienes culturales para los menores de 26 se extiende también a algunos de los monumentos más clásicos de la ciudad. 0 euros de coste por visitar la tumba de Napoleón en Los Inválidos, la Sainte Chappelle, El Panteón, el Arco del Triunfo o, antes de que fuera arrasada por el fuego, las Torres de Notre Dame. La Ópera Garnier ofrece un descuento importante, aunque no es gratuita del todo. Para los que quieran alejarse un poco del abrazo de asfalto de la ciudad, el famoso Palacio de Versalles también se incluye en la lista de los lugares que no cuesta nada visitar.
Otro remate por sorpresa: si eres menor de esa edad, moverte por la ciudad con cierta facilidad también te saldrá más barato que al resto. El metro es otra de las instituciones que abarata el billete para los jóvenes, lo que impacta de forma todavía más positiva en su presupuesto, si es ajustado, y permite pasear por todos los barrios míticos de la ciudad (y son unos cuántos): Montmartre, Le Marais, Saint-Germain-des-Prés, les Champs-Élysées y Triangle d’Or, entre otros.