Los destinos que debes visitar si eres adicto al café
El café no solo es una bebida, es un ritual que une culturas y tradiciones.
Si eres un auténtico aficionado, no puedes perderte destinos como Etiopía, Costa Rica o Italia
Los destinos más atrevidos para personas aventureras
Hace décadas que el café ha superado su función inicial de simple estimulante matutino para convertirse en una experiencia cultural para muchas personas, un ritual que marca las penumbras y claridades de la jornada y nos entibia frente a la trituradora de la vida cotidiana. El primer sorbo a primera hora que despierta la mente, la prisa del envase de papel reciclable que nos lleva hasta la séptima planta de una oficina o ese encuentro a media tarde en una cafetería con un amigo donde el tiempo parece pararse a voluntad de la conversación.
Para algunos, este amor puede derivar incluso en una excusa para para viajar y conocer en profundidad la tradición y la cultura cafetera en los lugares donde se produce.
MÁS
Si te apasiona el café, estos destinos te interesan.
Italia: el origen del espresso
Este tiro corto y concentrado en taza pequeña es una institución en la cultura italiana, y más nos vale respetar sus principios y preceptos en las tres ciudades donde el espresso es una forma de arte: Milán, Roma o Florencia. Tomarse uno en la barra de un café un ritual que muchos italianos repiten varias veces al día.
El respeto por esta bebida de color negro intenso está tan arraigado que es relativamente raro ver a alguien pasearse con un vaso desechable, como sí sucede en otros países. Con el capuchino, otro de los inventos italianos exportable al resto del planeta, también hay que andarse con ojo. Nunca hay que pedirlo después del mediodía. Para los locales, es exclusivamente una bebida matutina, reservada para acompañar el desayuno.
Colombia: los mejores granos
Aquí reina la variedad arábica. Si el sabor de los granos es excepcional en territorio colombiano (y bien conocido para el paladar del que no se conforma con el torrefacto del supermercado), es porque el país es uno de los principales productores del mundo.
Al viajero le interesará especialmente adentrarse en el eje cafetero, conformado departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío. Allí se puede conocer de primera mano cómo se recogen los granos en las fincas cafetaleras hasta su tostado y molienda o participar en catas guiadas para aprender a identificar los matices de sabor. La ética obliga: una vez allí, es interesante adquirir cierta conciencia del impacto que este cultivo tiene en la vida de miles de familias, conocer a los caficultores y comprender el esfuerzo y dedicación que hay detrás de cada taza.
Etiopía: la cuna del café
Se dice que en estas tierras un pastor de la provincia Kaffa descubrió por primera vez el café y su golpe de claridad mental. Hoy en día el país sigue siendo uno de los productores más importantes de África.
Aquí es obligatorio despojarse de los ropajes de la prisa para beberlo. La ceremonia del café etíope es un ritual a respetar por cualquiera que desee conocer en profundidad la cultura local en torno a esta bebida. Puede durar horas, e involucra no solo la preparación, sino también la conexión con los invitados. En Addis Abeba, la capital, es común ver esta ceremonia en cafeterías tradicionales. El café se tuesta, muele y prepara en jebenas, una jarra de barro tradicional. Las variedades más conocidas son la Sidamo y Yirgacheffe, con esas notas florales y afrutadas tan distintas a los perfiles de sabor de territorios como Italia, Colombia o incluso Indonesia.
Vietnam: el sabor
Aquí predomina la producción de café robusta, pero lo que hace de verdad especial al café vietnamita es su preparación. Uno de los más famosos es el cà phê sữa đá. Se prepara con un filtro metálico que permite que el agua caliente gotee lentamente sobre la leche condensada. Se suele servir con hielo para rebajar la temperatura corporal. El clima húmedo obliga.
Otra variedad muy popular es el cà phê trứng, que mezcla yema de huevo con azúcar y leche. El resultado es una especie de crema dulce que, combinada con el golpe intenso de sabor, produce un contraste que ya es marca propia de la cultura cafetera de Vietnam.
Costa Rica: respeto por la tierra y el producto
Costa Rica es uno de los países donde más se cultiva el ‘café respetuoso’, basado en dos principios: producción sostenible de los granos y compromiso con el cultivo orgánico y la biodiversidad. Con el paso de las décadas, han logrado hacer del café una industria amiga con el medio ambiente. Un ejemplo reciente es BIO-Café, una iniciativa en la región de Los Santos que busca transformar 50 fincas hacia un modelo de producción más sostenible, con prácticas agrícolas que minimicen el impacto ecológico: conservación del agua y la biodiversidad, el uso de insumos biológicos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
Al viajero le interesará, sobre todo, la región de Tarrazu y su café de altura, cultivado en las montañas a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar.
El país cuenta con más de 93,000 hectáreas dedicadas al cultivo, distribuidas en siete regiones. El 85% de las fincas las llevan pequeños productores. Este enfoque permite que el sector, casi al completo, funcione en comunidad y esté muy vinculado a la sostenibilidad ambiental y social