Pedro Almodóvar ha sabido capturar la esencia de Madrid en todas sus películas. El que es uno de los cineastas más relevantes de la historia del cine español, llegó a la capital a finales de los años 60, con apenas 17 años. Desde entonces, Madrid ha sido testigo de su evolución personal y profesional.
El director manchego ha sabido retratar la evolución de la capital con gran maestría en cada uno de sus films. Sus películas, ganadoras de varios premios, están llenas de color, emoción y pasión y Madrid ha sido el escenario perfecto para contar historias humanas, unas dramáticas, otras más cómicas, pero todas llenas de intensidad.
Han sido tantos los escenarios madrileños, que han sido parte del universo almodovariano, que los fans del director pueden disfrutarlos en un recorrido que los transportará a sus películas. Empezando por la Plaza Mayor y terminando en el viaducto de Segovia, esta ruta será un imprescindible para cualquier admirador del cine español.
Uno de los lugares más icónicos de Madrid fue el escenario crucial de uno de los momentos más emotivos de la película “La flor de mi secreto”. Donde la protagonista recorre las calles del centro de Madrid mientras lidia con sus problemas sentimentales y profesionales.
Con sus terrazas y su constante bullicio, es una representación de la vida urbana madrileña, que Almodóvar ha retratado de manera magistral.
Desde la Plaza Mayor hay un corto paseo hasta la Puerta del Sol, otro de los lugares icónicos que aparece en numerosas películas del director manchego. En “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, esta mítica plaza se convierte en un lugar de paso pero lleno de simbolismo: es la esencia de la capital.
Continuando la ruta, la siguiente parada es la Gran Vía madrileña, donde está el Edificio Telefónica. En este edificio fue donde Pedro, tras aprobar las oposiciones, se incorpora como administrativo en la Compañía Telefónica Nacional de España en el año 1971. Posteriormente, el edificio aparece en varias de las películas del manchego como en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “La ley del deseo”, “La flor de mi secreto” o “Los abrazos rotos”.
Otro de los escenarios a resaltar es el Museo Chicote, fundado en 1931 fue la primera coctelería de España. Este escenario aparece en “Los abrazos rotos”.
El círculo de Bellas Artes aparece en varias de sus películas como en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, donde se puede disfrutar de la vista del piso de su protagonista subiendo hasta la azotea del edificio. Su cafetería también es el escenario de otra de sus películas, “La piel que habito”. También aparece como el teatro donde uno de los personajes de “Todo sobre mi madre” va a ver una obra con su hijo.
La Puerta de Alcalá, uno de los lugares más emblemáticos de la capital, aparece al comienzo de la película “Carne trémula”.
Siguiendo desde Sol hasta el barrio de Malasaña, llegamos a uno de los escenarios más importantes de no solo sus películas, también de su vida personal. En la Calle de la Palma se respira la esencia de la Movida Madrileña. En su primer largo “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” se refleja muy bien ese Madrid frenético, divertido y transgresor.
Uno de los epicentros de la movida fue la casa de Costus (la Palma, 14), seudónimo de los pintores Enrique Naya y Juan José Carrero, que aparece en la película. En la Vía Láctea (Velarde, 18) se pueden ver las reproducciones de las pinturas con que Costus decoraron este mítico local abierto desde los 70.
En otro mítico local, El Penta (la Palma, 4) se conocieron Alaska y Almodóvar, y en el bar-museo Madrid me mata (Corredera Alta de San Pablo, 31), se pueden observar los cientos de objetos y recuerdos cedidos por los principales protagonistas de la Movida en sus más de 200m2 de exposición.
Caminando hacia el Museo del Prado, se encuentra la calle Montalbán, muy cerca del Ministerio de Agricultura, cuya monumental fachada fue el escenario de una de las secuencias más recordadas de “Todo sobre mi madre”.
Este barrio es uno de los más auténticos de Madrid y, por tanto, aparece en muchas de las películas de Almodóvar. Sus estrechas calles, los bares tradicionales que allí se encuentran y las plazas llenas de vida crean un escenario muy particular que el director ha sabido aprovechar muy bien. En la película “Volver” muchas de sus escenas transcurren en sus calles.
La última parada de esta ruta es el Viaducto de Segovia. Este lugar ha sido símbolo de la tragedia en el cine de Almodóvar. Fue en este puente, donde el personaje de Paz Vega intenta quitarse la vida en “Los amantes pasajeros”, y en la película “Matador”, María Cardenal, un personaje obsesionado con la muerte, acude con bastante frecuencia tras presencias aquí un suicidio al llegar a la ciudad.