Quienes tengan miedo a volar, seguro que encuentran un poco agobiante que el vuelo más largo del mundo dure 18 horas. Sin embargo, a quienes tengan más miedo a los despegues y aterrizajes que al tiempo que el avión pasa en el aire, seguro que este vuelo les parece una estupenda idea, porque no tiene escalas.
Viajar es un placer, permite descubrir nuevos lugares, olores y platos, espacios diferentes en los que crear recuerdos nuevos que poder atesorar y pensar en ellos con una sonrisa una vez que volvamos a casa. Al pensar en viajar tendemos a visualizar el destino, pero lo cierto es que el transporte de un punto al otro es igualmente importante y en el caso de este vuelo no solo es fundamental, sino que es único.
No todo el mundo podrá disfrutar de la experiencia de pasar 18 horas y 45 minutos en el mismo avión, ya sea porque no le apetece viajar a este destino o porque no lo hace desde el lugar de origen adecuado.
También puede ser porque no consiga plaza, pues en cada vuelo solo van 161 pasajeros, puesto que en este avión prioriza el confort de los pasajeros y por eso solo disponen de asientos Business y Premium Economy que podrán disfrutar quienes quieran viajar entre Newark (Nueva Jersey) y Singapur (un trayecto de 15.343 kilómetros) y lo hagan con Singapore Airlines. Otra posibilidad puede ser que no esté dispuesto a pagar el precio del billete, que ronda entre los 1.800 y los 9.000 euros.
Este vuelo puede ser una gran elección para todas aquellas personas que no tengan problemas de circulación o tengan la voluntad suficiente para levantarse de vez en cuando durante el vuelo para poder estirar las piernas. Es, sin duda, una gran idea para evitar las horas muertas que se producen en las escalas, donde un cambio de horas en alguno de los vuelos puede hacer que todo el viaje comience con mal pie si es que llega a comenzar. Incluso puede ser responsable de que lleguemos a destino y nuestra maleta no tenga la misma suerte, quedándonos solo con las pocas cosas que hemos podido subir a cabina.
Este es el vuelo más largo, pero no es el único en el que se invierte buena parte del día en el avión, de hecho casi el mismo tiempo (aunque cinco minutos menos) tarda la misma compañía en hacer el trayecto entre Nueva York y Singapur; tampoco es corto el viaje entre San Francisco y Bangalore (India), donde el viajero tendrá que pasar 17 horas y 55 minutos disfrutando de la experiencia de viajar en avión.
Una gran cantidad de tiempo para ponerse al día con las lecturas atrasadas, que nos permite ver esas series y películas que nunca tenemos tiempo de ver o ponernos al día con nuestro compañero de viaje, incluso permite forjar nuevas amistades, haciendo que así ya conozcamos a alguien al llegar a nuestro destino.