Vejer de la Frontera es un tesoro oculto en la provincia de Cádiz. Con sus calles empedradas y sus casas encaladas, parece fundirse con el resplandor del sol. Este pueblo blanco andaluz, coronado por un castillo árabe del siglo X, ofrece vistas panorámicas que roban el aliento a cualquiera que lo visite. Sus plazas animadas y sus rincones tranquilos invitan a perderse entre la historia y la cultura, mientras se disfruta de la exquisita gastronomía local y del cálido espíritu de sus habitantes. Vejer es, sin duda, un lugar donde el tiempo parece detenerse, permitiendo a los visitantes sumergirse en la autenticidad de la vida en el sur de España.
Tuve la oportunidad de sumergirme en esta joyita de pueblo y visitar un par de hoteles boutique y dos restaurantes para chuparse los dedos. Este pueblo blanco de Cádiz mantiene su encanto, preservando su tradición, pero a la vez dando la bienvenida al turismo sin caer en estereotipos horteras, evitando acomodar lo que los turistas puedan tener estereotipado en la cabeza sobre Andalucía. Por lo tanto, no encontrarás tiendas con muñecas flamencas ni bares que sirvan sangría.
Casa Aura es un encantador hotel boutique de nueve habitaciones ubicado en el corazón del casco histórico de Vejer de la Frontera. Este establecimiento se encuentra en un edificio histórico completamente renovado, y siempre teniendo en cuenta la experiencia del huésped. Se trata de una pequeña casa palacio que cuenta con una torre vigía de la antigua muralla de Vejer, ofreciendo vistas impresionantes de toda la sierra de Cádiz.
Casa Aura abrió sus puertas hace dos años, después de que una familia hotelera de Barcelona con raíces andaluzas se enamorara del pueblo y de la propiedad durante un viaje. Esta propiedad fue transformada en el acogedor hotel que es hoy.
La decoración del hotel estuvo a cargo de Araceli Cervilla, la madre de la familia, quien se esforzó por mantener la esencia de la arquitectura original del edificio. Araceli logró una fusión armónica entre lo moderno y lo clásico, incorporando un toque mediterráneo que invita a la relajación.
Actualmente, el hotel es dirigido por Javier Rodríguez, el hijo de la familia. Javier está al frente de los planes de expansión del hotel, que pronto duplicará su capacidad al incorporar la casa contigua, ofreciendo aún más habitaciones y servicios a sus huéspedes.
4Estaciones abrió el 1 de abril de 2017. La filosofía de 4Estaciones es muy sencilla, no pretenden ser un restaurante gastronómico ni jugar en ̈ligas mayores ̈, simplemente hacer un comida divertida, rica y de disfrute. La imagen que quiere proyectar es de un concepto un poco vintage y cierta informalidad (nada de protocolos rígidos), pero a la vez que las elaboraciones sean serías.
Tienen dos líneas de trabajo, en una desarrollan la parte más canalla de la carta utilizando productos locales con toques de cocina asiática. Platos de esta línea son el Saam de langostinos, el brioche relleno de lomo en manteca escabechada o el atún marcado como Tataky con Pad Thai y salsa satay.
La segunda línea es más gastronómica, aunque no la presentan como tal. En ella cogemos platos de cocina tradicional andaluza, lo descontextualizan y los volvemos a elaborar con técnicas más actuales y con máximo respeto al producto. Dentro de esta línea de trabajo están los platos como “las albóndigas de atún en crudo con el fondo del guiso de atún encebollao”, “el sorbete de gazpacho con huevo poché, langostinos, huevo y polvo de aceitunas negras” o “el puchero de verano”.
El interior es pequeño, dos comedores con 9 mesas en total. Aunque cuando llega el buen tiempo (y afortunadamente es una larga temporada de buen tiempo) la terraza es la protagonista. A pesar de las limitaciones de espacio, en temporada alta suelen tener una media de 85 comensales en los servicios de cenas, con lo que siempre aconsejan reservar a través de nuestra página web para evitar esperas innecesarias.
Ha sido escenario de alguna serie de Netflix, como por ejemplo “Las de la última Fila” que se rodó tras la pandemia. En esta serie participó la actriz Carmen Machi, con la que el dueño, Alberto Reyes, tiene una gran amistad desde hace más de 20 años.
Chris y Javier son los propietarios y anfitriones en Casa Shelly Hospedería. Chris es de origen sueco-inglés y Javier es de Burgos. Después de desempeñar carreras profesionales durante más de 20 año en Barcelona, a principios del 2010 optaron por un cambio de vida y buscar una localidad más tranquila para desarrollar un proyecto turístico. Después de un par de años de búsqueda, intentando encontrar el lugar y la propiedad idóneos, en el 2012 dieron con una casa de vecinos deshabitada en la zona amurallada de Vejer. Tres años más tarde y después de una reforma integral, abrieron las puertas de Casa Shelly Hospedería para la temporada del 2015. El nombre se debe a la calle en la que se encuentra, "Eduardo Shelly".
Eduardo era de ascendencia irlandesa y llegó como joven forastero a Vejer a mediados del siglo XIX. Se integró con el pueblo, se casó y llegó a ser Diputado por la provincia de Cádiz en las Cortes de Madrid. De allí que tiene su calle homónima en Vejer. A Chris le gustó la idea de un inmigrante que tuvo éxito en tierra ajena y decidió llamar el lugar "Casa Shelly".
Alejandra Gnisci y Jaime Batista, los fundadores de Narea, son una pareja tanto en la vida como en la cocina, cuyas experiencias previas han enriquecido profundamente su propuesta gastronómica en Narea. Alejandra, oriunda de Buenos Aires de ascendencia italiana, creció en la costa de Málaga, aportando a Narea un rico trasfondo cultural y culinario. Por su parte, Jaime es natural de Sanlúcar de Barrameda, lo que ancla al restaurante en las profundas tradiciones gastronómicas andaluzas. Ambos se formaron en la prestigiosa Escuela de Hostelería de Jerez, un punto de encuentro en sus vidas y el inicio de su viaje conjunto en el mundo de la gastronomía.
Su trayectoria profesional está marcada por el trabajo con reconocidos chefs y en establecimientos de renombre, incluyendo a los hermanos Roca y el grupo Triciclo, así como experiencias con David Muñoz y Ramón Freixa, entre otros. Estas experiencias no solo han perfeccionado su técnica y visión culinaria, sino que también han infundido en Narea una filosofía de cocina que equilibra la innovación con el respeto por la tradición. Una auténtica delicia para el paladar que no te puedes perder. En Narea, este dúo dinámico ha logrado crear un espacio donde su herencia cultural, su pasión por la gastronomía, y sus experiencias en cocinas de alta gama convergen en un menú innovador y una atmósfera acogedora. La apertura de Narea en Vejer es un reflejo de su evolución y maduración como chefs y como pareja, marcando el inicio de un nuevo capítulo en su aspiración de ofrecer experiencias culinarias excepcionales que celebren la diversidad de sabores, texturas y aromas, con un enfoque en la sostenibilidad y la excelencia.