España está lleno de pueblos increíbles en los que perderse un fin de semana o toda la vida. Destinos llenos de historia, de patrimonio, de belleza, de naturaleza… en definitiva, de encanto, y eso bien lo sabe la revista National Geographic quien por segundo año consecutivo ha pedido a sus lectores que voten por el mejor pueblo de España.
La votación ha estado realmente reñida entre Sigüenza (Guadalajara), Alquézar (Huesca), Valldemossa (Mallorca), Trujillo (Cáceres) y Comillas (Cantabria). Finalmente ha sido Trujillo la condecorada como mejor pueblo de España en los Premios de los Lectores de Viajes National Geographic 2024, la razón no es otra por su mezcla de edificios renacentistas con restos árabes y romanos.
Trujillo es una de las grandes joyas de Extremadura, su historia, pero sobre todo su arquitectura mezcla de diferentes culturas, son lo que hacen de este pueblo único. Un pueblo rodeado de naturaleza pues ésta rodeado por la Reserva Natural de Monfragüe.
Trujillo es sin duda alguna, herencia de las mejores muestras de patrimonio arquitectónico de Extremadura y de toda España. Las diferentes culturas que habitaron el pueblo son responsables de ello. Desde la Turgalium romana, pasando por la etapa de dominación musulmana, hasta que se convirtió en Ciudad de la Corona. Desde Trujillo partieron las principales expediciones hacia el Nuevo Mundo, capitaneadas por Francisco Pizarro y Francisco de Orellana, muestra de ello es la estatua del conquistador en el pueblo.
El poder de la nobleza y la colaboración del concejo en las obras religiosas influyen en el desarrollo de una arquitectura singular que hoy forma su conjunto histórico-artístico del pueblo que en 1962 fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico.
La Plaza Mayor es el primero de los principales atractivos del pueblo, alrededor de ella era donde históricamente se ubicaron los barrios judíos, musulmanes y de artesanos. Esta plaza es considerada como una de las más bonitas de España por su colección de fachadas. Sus soportales son muy simbólicos pues dan cabida al Palacio del Marqués de la Conquista, o el Palacio de Carvajal Vargas (San Carlos), de fachada renacentista. En uno de los lados de la plaza se ubica la Iglesia de San Martín, justo en frente, la estatua ecuestre en honor a Francisco Pizarro, conquistador de Perú nacido en Trujillo en 1478 que se convirtió en un símbolo de su localidad tanto por sus riquezas y sus hazañas como por haberle marcado el camino a otras figuras históricas como Francisco de Orellana en la conquista del Nuevo Mundo. Como pasa en todos los pueblos es el lugar perfecto para tomar algo en alguna de sus terrazas y disfrutar de la tranquila vida de pueblo.
En el cerro Cabeza del Zorro se encuentra el segundo de los indispensables del pueblo, el Castillo de Trujillo. Ubicado sobre una antigua alcazaba árabe, destaca por su patio de armas y los dos aljibes que conserva, y por hacer sido escenario de una de las últimas batallas memorables de la séptima temporada de Juego de Tronos. La Torre del Homenaje es el punto culminante del castillo y ofrece vistas panorámicas espectaculares de Trujillo y sus alrededores.
Perderse por sus empedradas calles e ir descubriendo es resto de sus encantos convierte a los turistas en visitantes. La Casa-Museo Pizarro recibe miles de visitantes cada año. A través de exhibiciones, artefactos y documentos históricos, los visitantes pueden descubrir de primera mano los viajes, desafíos y triunfos de este aventurero español.
Los amantes del buen comer también disfrutaran en el pueblo de los mejor de la gastronomía local. Migas, zorongollo, torta del casar, cardillo, sopa del obispo o judías carrillas, son solo algunos de los platos con los que reponer fuerzas.
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