Con la llegada del verano y el periodo vacacional, son muchas las personas que deciden darse un capricho y viajar a países exóticos por primera vez. El clima , el descanso merecido o la posibilidad de conocer otras culturas radicalmente distintas a la nuestra son incentivos claves a la hora de elegir un destino que va a ponernos a prueba y a sacarnos de la zona de confort.
Lógicamente, preparar un viaje de estas características es algo más complejo que desplazarnos dentro de nuestro propio país a un destino más tradicional. Para empezar, el miedo a contagiarnos de alguna enfermedad tropical suele ser una de las preocupaciones que más citan quienes tienen pensado viajar a cualquier destino lejano donde exista riesgo un mínimo de contagio.
Es importante tener claro qué vacunas son las obligatorias, puesto que nos ahorraremos muchos problemas y tendremos la seguridad de estar protegidos frente a las distintas enfermedades y picaduras de insecto que por allí se estilen.
Hemos de tener presente que habrá ciertos países donde, sí o sí, tengamos que entrar vacunados de ciertas enfermedades para poder entrar. Puede denegársenos la entrada si no nos inmunizamos. Por supuesto, no hablamos de lo que el Ministerio de Sanidad define como vacunas rutinarias, las que nos inmunizan contra las enfermedades comunes, y que solo aplican a nuestro territorio cuando tenemos que vacunarnos nosotros o saber la fecha en la que vacunar de la gripe a nuestros hijos.
Las vacunas se ajustarán en función de nuestras circunstancias personales, el tipo de viaje que vamos a hacer, el destino y las enfermedades endémicas presentes en esa ‘zona de riesgo’, para las que no estamos preparados.
No en todos los países hay peligro, por ejemplo, de contagiarse de cólera, fiebre amarilla, encefalitis japonesa o rabia. Cualquier plan de vacunación para viajar a un territorio catalogado como de riesgo va a obligarnos a recabar información sobre vacunas obligatorias y recomendadas y a obtener un Certificado Internacional de Vacunación, validado por el país de destino.
Este documento acredita que hemos sido efectivamente vacunados contra una determinada enfermedad en un centro de vacunación internacional autorizado por la administración (el Ministerio de Sanidad, en este caso), y que la vacuna tiene la aprobación de la Organización Mundial de la Salud.
La Organización Mundial de la Salud aconseja consultar los calendarios regulares de vacunación para saber qué enfermedades están incluidas. Entre las vacunas que recomiendan están la difteria, tos ferina, tétanos, polio, sarampión, hepatitis B, haemophilus influenzae tipo b, rubeola, paperas, gripe, papiloma humano, neumococo y rotavirus.
Por ejemplo, en gran parte de los destinos es obligatoria la vacuna de la fiebre amarilla, producida por la picadura del mosquito Aedes, que proporciona un 90% de inmunidad durante 30 días. Cuenta con una tasa de mortalidad de más del 50% La OMS cita hasta 44 países donde hay más riesgo de contagio, y en la página web del Ministerio de Sanidad pueden consultarse en qué países es endémica.
Además de la vacuna de la fiebre amarilla, hay países donde es obligatorio vacunarse contra la poliomelitis, la meningitis menigocócica, el tétanos o la fiebre tifoidea. No debemos olvidarnos de las vacunas ‘recomendadas’. No es obligatorio ponérselas, pero en caso de no hacerlo, deberemos extremar la precaución en el lugar de destino y tomar medidas de protección adecuadas: ropa de manga larga para evitar las picaduras de mosquitos o repelentes, entre otras prevenciones.
Si queremos saber exactamente qué vacunas necesitamos para nuestro viaje, lo más aconsejable es pedir cita en cualquier centro de vacunación internacional para conocer los pasos a seguir. Allí nos informarán de qué vacunas necesitamos para poder viajar, el número de dosis y el tiempo de inmunización recomendado, que suele ser de un mínimo de 15 días.
La dirección de los centros de cada provincia puede consultarse en la web del Ministerio de Sanidad.