Las matrículas rojas en España tienen un uso temporal y específico, asociado a vehículos que no están registrados de manera permanente en el país. Estos vehículos pueden ser de diferentes tipos: desde coches de importación que están a la espera de recibir su matrícula definitiva, hasta vehículos en baja temporal por cambio de titularidad o destinados a ensayos técnicos. La clave es que se trata de vehículos que necesitan un permiso especial para circular de manera legal mientras completan su proceso de regularización.
Existen diferentes circunstancias por las que un coche puede llevar una matrícula roja, y cada una responde a una situación administrativa o técnica muy concreta:
A nivel visual, las matrículas rojas tienen las mismas dimensiones que las convencionales, pero su diseño es distinto. Su característica más notable es el fondo rojo con los caracteres en blanco. Además, en el lateral izquierdo, tienen una franja blanca con números rojos que indican la fecha de validez de la matrícula temporal. Estas matrículas se componen de una letra inicial (que varía según el tipo de matrícula), seguida de cuatro números y tres letras.
El permiso de circulación asociado a las matrículas rojas tiene una duración máxima de 12 meses, que empiezan a contar a partir del primer día del mes siguiente a la fecha de expedición del permiso. Este periodo es improrrogable, lo que significa que, una vez vencido, el vehículo debe haber obtenido su matrícula definitiva o, de lo contrario, no podrá circular legalmente.
Es importante señalar que, aunque la matrícula roja permite la circulación del vehículo, su uso está restringido. No se puede circular libremente con un vehículo que porta una matrícula roja, ya que únicamente está permitido realizar los trayectos que sean pertinentes para la razón por la que se concedió el permiso, como las pruebas técnicas, el transporte hacia un lugar de compraventa o para la entrega del vehículo.
Para obtener una matrícula roja, el titular del vehículo debe cumplir con ciertos requisitos administrativos, que incluyen la presentación de documentos como el DNI o NIE, la ficha técnica del vehículo y el justificante del pago de las tasas correspondientes. En el caso de vehículos de empresa, también es necesario aportar la licencia municipal de apertura del establecimiento relacionado con el vehículo.
Un aspecto importante de las matrículas rojas es que solo permiten la circulación dentro del territorio español, salvo excepciones en las que existan acuerdos de reciprocidad entre países. Además, el número de ocupantes del vehículo está limitado a cuatro personas, incluido el conductor, y solo el titular del permiso temporal o personas autorizadas pueden conducir el vehículo.
Al finalizar el plazo de validez de la matrícula roja, el titular debe realizar los trámites necesarios para obtener la matrícula definitiva. Esto incluye matricular el vehículo de manera regular ante la DGT o, en caso de que no se haya concretado la venta o importación, devolver el coche a su estado anterior, es decir, en baja temporal o en espera de un nuevo proceso de regularización.
De esta forma, las matrículas rojas son una solución práctica para casos especiales en los que un vehículo necesita circular de manera temporal, ya sea por cuestiones de importación, pruebas o venta. Sin embargo, su uso está estrictamente regulado y limitado en tiempo y espacio. Estas placas permiten que los vehículos se desplacen de forma legal mientras se completan los trámites correspondientes, pero conllevan responsabilidades adicionales en cuanto a la documentación y el cumplimiento de las normativas de tráfico.