Una empresa vasca fabrica las lentes intraoculares "que llevan los perros en Nueva York"

  • "El otro día nos llamaron para pedir una lente para un lince", cuenta el CEO de AJL Ophthalmic

  • En esta empresa alavesa fabrican alrededor de mil lentes intraoculares para perros al año

  • Veterinarios oftalmológicos insertan la lente artificial en el ojo para eliminar la catarata

Los perros de Nueva York llevan lentes vascas”, dice orgulloso Pedro Salazar, Ceo de la empresa AJL Ophthalmic, especializada en la fabricación de una amplia gama de productos sanitarios para el ámbito de la oftalmología y que se encuentra en el Parque Tecnológico de Euskadi, Campus Vitoria-Gasteiz. No en vano, desde esta empresa alavesa salen al año unas mil unidades de lentes intraoculares para perros y muchas de ellas terminan en el mercado americano. Europa, Sudamérica e incluso China son también receptores de las lentes de AJL diseñadas para perros y gatos.

Pedro Salazar trabajaba como jefe del servicio de compras del hospital de Cruces, cuando hace 32 años su vida se centró en las lentes. Primero, comercializando lentes americanas para humanos y , más tarde, fabricándolas directamente desde Álava y posteriormente, ampliando su mercado con una línea veterinaria.

Mi padre fue veterinario durante 40 años, en Respaldiza (Álava) y a mí siempre me gustaron los animales”, confiesa Pedro, a quien su olfato empresarial le llevó en el año 2000 a empezar a exportar sus lentes para perros a Estados Unidos, “es que allí cuidaban mucho más de sus mascotas”, apunta.

Tres párpados y visión 250 grados

Las lentes intraoculares fabricadas en PMMA, un polímero termoplástico altamente transparente, se convierten en manos de los veterinarios oftalmológicos en la solución para los problemas de visión producidos por cataratas en perros. Una catarata es una opacidad del cristalino del ojo, que suele ser transparente. Para quienes tienen cataratas, ver a través de esas áreas nubladas es parecido a mirar a través de una ventana empañada. Durante la cirugía, el profesional realiza “una incisión muy pequeña” que le permite implantar la lente artificial en el ojo, en sustitución de la lente natural o el cristalino afectado del animal.

La principal diferencia entre las lentes para perros y las fabricadas para humanos son las dioptrías. Así, Pedro explica que mientras que el cristalino al aire de una persona tiene entre 20 y 22 dioptrías, la del perro llega a las 42. Además, “el ojo del perro es bastante complejo”, ya que tiene un campo de visión de 250 grados, frente a los 180 grados de la visión humana y “tienen tres párpados”.

Una membrana de colágeno

En esta empresa alavesa, que actualmente emplea a 90 trabajadores, se fabrican hasta cinco tamaños diferentes de lentes en función de la raza y tamaño del animal. Los perros y los gatos son los que con mayor frecuencia se benefician de estos productos, aunque “el otro día nos llamaron para hacer unas para un lince”, desvela Salazar.

Durante estas más de tres décadas de trayectoria, Pedro Salazar no ha dejado que su éxito en el mercado de las lentes intraoculares para humanos y animales le nuble la vista, por eso, lejos de acomodarse, ha seguido ideando nuevos productos. Así, junto a una empresa navarra especializada en la fabricación de colágeno, AJL ha desarrollado una membrana “que se coloca sobre la córnea” durante varios días y ayuda a curar las heridas que se producen los perros en la superficie del ojo por un arañazo o una infección, entre otras causas.

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