El autor confeso de la muerte de Juana Canal, Jesús Pradales, se sentará en el banquillo a partir del próximo lunes, 21 años después de un crimen que no trascendió a la luz hasta 16 años más tarde, cuando se hallaron huesos de la víctima casualmente, y por el que la Fiscalía pide para el acusado 15 años de cárcel.
Está previsto que el juicio arranque el lunes día 16 en la sección séptima de la Audiencia Provincial de Madrid con la selección del jurado popular que enjuiciará los hechos ocurridos el 23 de febrero de 2003, cuando según reconoció Pradales discutió con su mujer, la mató y descuartizó el cadáver para esconderlo en un pueblo de Ávila.
En las declaraciones en las que reconoció los hechos precisó que él no tenía intención de matarla, sino que aquella madrugada ambos discutieron y ella le pegó a él, lo que motivó que la golpease para defenderse y la mujer cayó y se golpeó la cabeza mortalmente. Luego huyó, atemorizado, e hizo desaparecer el cuerpo.
Pero las acusaciones no comparten este relato y tanto la Fiscalía como la familia de Juana piden 15 años de cárcel para Pradales por homicidio.
El Ministerio Público considera que en el delito concurre la circunstancia agravante de parentesco y, además de la cárcel, solicita que el acusado indemnice a los familiares de la víctima con un total de 350.000 euros.
Relata la Fiscalía -en un escrito sobre el que ha informado este viernes, de cara al juicio- que la madrugada del 22 de febrero de 2003 y tras una discusión Jesús Pradales "con la intención de causarle la muerte o siendo consciente de que con su acción este resultado podía llegar a producirse", golpeó a Juana Canal fuertemente en el cuello y así hizo que cayera, provocándole la muerte.
Luego descuartizó el cadáver y enterró los restos cerca de Navarredondilla, localidad de Ávila, donde fueron encontrados el 18 de abril de 2019, casualmente al percatarse de ellos un excursionista.
Por su parte el letrado de la familia de Juana, Juan Manuel Medina, solicita que en el delito de homicidio se contemple la agravante de género y que el acusado indemnice a los familiares con 640.000 euros.
Esta acusación añade que el acusado realizó "una serie de actos tendentes a elaborar una coartada exculpatoria en relación a la muerte y supuesta desaparición" de Juana, como redactar una nota manuscrita dirigida al hijo mayor de la víctima para hacerle creer que se había ido voluntariamente.
También solicitó un parte de lesiones para denunciar la agresión a la que supuestamente le habría sometido su pareja, llegando a interponer una denuncia contra la misma por unos supuestos hechos de maltrato familiar.
Cuando desapareció, Juana Canal tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada, aunque tenía una nueva pareja.
Una vez encontrados sus restos en 2019 los investigadores reactivaron la investigación, que había quedado archivada al considerarse que podía tratarse de una desaparición voluntaria, y detuvieron a Pradales en octubre de 2022.
El acusado, que se encuentra en prisión provisional desde el 28 de octubre de 2022, solicitó no ser juzgado por un tribunal con jurado popular, petición que fue rechazada por la Audiencia Provincial de Madrid.
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