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Un joven y su madre se han sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid el miércoles de esta semana, acusados de prostituir en 2021 a una joven de 24 años con discapacidad en una casa cercana a la plaza de Legazpi.
En mayo de 2020, el acusado inició una relación sentimental con la víctima, supuestamente incapacitada judicialmente debido a un trastorno límite de la personalidad. El acusado fue acusado de retener a la chica en la casa y su madre llamó a la policía.
El fiscal acusó al joven de los delitos de prostitución de persona discapacitada necesitada de especial protección y malos tratos en el ámbito familiar y pidió para él una pena de siete años y diez meses de prisión. Su madre fue acusada de otro delito de prostitución y pidió una pena de seis años de prisión.
La acusación particular en nombre de la familia de la joven solicitó una pena de tres años de prisión por el presunto delito de inducción a la prostitución y seis meses de prisión por un delito de malos tratos.
En su declaración, el acusado manifestó que llevaba un año con la denunciante en el momento de los hechos y que fue entonces cuando se enteró de que la denunciante era prostituta y que padecía algún tipo de trastorno.
Al parecer, la chica le comentó que una persona le pagaba a cambio de mantener relaciones sexuales con ella, por lo que decidió abandonar la relación al no consentir esa situación. "Nunca he recibido dinero de la prostitución porque siempre he trabajado", señaló.
Se ha proyectado como prueba en el juicio un vídeo con la declaración de la perjudicada, en la que afirmaba que tuvo relaciones con otra persona que le presentó su pareja y que le daba parte del dinero al acusado porque ella "administraba mal" y se lo gastaba. "Luego siempre el dinero desaparecía", comentó.
"Me contaba el dinero y me miraba así, y me daba pena y se lo daba para su familia porque su madre no trabajaba. Yo sé lo daba de manera voluntaria porque yo quería. Él me decía que lo iba a guardar pero luego el dinero desaparecía", ha relatado. Al preguntarle la fiscal si se prostituía, la chica afirmó que "sí" ya que se agobiaba con el dinero. También reconoció que se prostituía con otros amigos del acusado.
Según el fiscal, el acusado se aprovechó de la vulnerabilidad de la joven y la convenció para que mantuviera relaciones sexuales con un tercero a cambio de dinero. Así, concertó varios encuentros con desconocidos.
Después de que la joven mantuviera relaciones sexuales, el acusado le dijo que su familia se encontraba en una situación económica precaria y necesitaba los servicios de estas personas, mientras que el acusado se quedaba con el dinero.
Los actos sexuales tuvieron lugar en distintos domicilios de Madrid, entre ellos el de la madre del acusado. La madre de la acusada sabía que ésta padecía una discapacidad y consintió que la acusada ejerciera la prostitución en su domicilio de Madrid a cambio de un pago de entre 400 y 600 euros por relaciones sexuales con una tercera persona.
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