127 millones y medio de euros se han repartido en Madrid, en Chamartín. Aunque cualquiera lo diría. Carmen, la administradora no salía de su asombro: "Iba a visitar a mis padres a la residencia, que los tengo en una residencia los dos, les he ido a visitar y me han dicho que me viniera".
Todo en décimos, entre abonados de toda la vida y alguno suelto en ventanilla, como a un grupo de amigos: "Hacemos una cena de Navidad y compramos lotería entre todos". Y, la mayoría, una empresa de Aravaca. "Me he enterado porque me han empezado a llamar los compañeros. Esto es un no parar, no tengo batería ya", decía entre lágrimas una agraciada.
En San Lorenzo de El Escorial, no paran de celebrarlo. "¿Cuánto te ha tocado?". pregunta la periodista. "125 mil euros", responde la afortunada. "Bueno, a mí no, a mi padre, que le quiero". Contenta ella, contento otro padre... "Bueno, tengo cuatro hijas, para mi hijas todo".
Y contentísimo el ferretero que ha vendido 200 décimos entre sus clientes. "Tenía mucha fe de que iba a tocar en El Escorial. Yo... es que estoy muy nervioso".
A la lotera de Fuentes del Maestre, en Badajoz, le van a hacer un monumento. "Usted se llama Salud. Dicen que si no toca, al menos tenemos salud. ¿Cómo es?", pregunta el reportero. Y Salud, responde: "Sí, de hecho, lo último que hice ayer fue bromear con ese tema, de bueno, total, como mañana es mi día... Osea que... Lo tengo todo: si toca, bien. Y si no, pues también. Pero no, prefiero que haya sido así".
Porque como siempre, que toque está muy bien porque "está la cosa regular": "Que vamos a poner el ascensor en mi piso y yo no tenía dinero. Tenía que meterme en el banco. Y gracias a Dios, no tengo que entrar en el banco". O de entrar, que sea para ingresarlo.