Queda menos de un día para que se celebre una de las grandes citas con la suerte de este 2023: el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Son millones de españoles los que compran su décimo a la espera de que el azar se gire, sonría y nos sople al oído una de las combinaciones ganadoras.
Lo cierto es que es imposible acertar el resultado del sorteo, ya que cualquier sorteo es impredecible por naturaleza y depende en gran medida de la suerte y la oportunidad. Algo de estrategia nunca está de más, si optamos por adquirir varios décimos de lotería en las administraciones que más series sacan a la venta o escogemos alguna de las terminaciones que más aciertos acumulan en el histórico de premios.
Para los más confiados, no hay garantía de que ningún ritual o práctica pueda influir en los resultados. Sin embargo, si dejamos algo de margen para la fe en el símbolo y las supersticiones más arraigadas entre quienes juegan, podemos probar algunas de las ceremonias y hechizos más conocidos para decantar la balanza de la suerte a nuestro favor.
Entre los rituales más comunes está el encendido de una vela verde antes de comprar el décimo. Se cree que el color verde simboliza la esperanza y la buena fortuna y puede ayudarnos a la hora de visualizar el número ganador. Este paso es obligatorio: convocarlo con la mente y mirar la llama que arde frente a nosotros. Siempre podemos quedarnos con la parte más estética del ritual, esa que añade algo de misticismo y aura al acto de apostar por una combinación en concreto.
Quienes practican este rito para atraer la suerte afirman que tiene una contraparte que también trae buena fortuna: guardar décimos del año anterior y quemarlos sobre una vela naranja.
Algunos creyentes en la mística del azar aseguran que hay que entrar con el pie derecho en la administración de lotería donde vayamos a comprar nuestro décimo. Si de manías se trata, podríamos añadir algunos pasos a este sencillo movimiento del cuerpo: pagar con la mano derecha, guiñarle el ojo derecho todas las veces que sean necesarias al lotero y de nuevo marcharnos utilizando el mismo pie con el que entramos al establecimiento, siempre tratando de mantener nuestra dignidad intacta. Quizá no sea posible.
Vamos a necesitar un ajuar considerable de objetos para realizar este ritual: una rama de canela, un poco de arroz, un imán, tres monedas y un cuenco de buen tamaño.
Primero debemos limpiarnos las manos con la canela, sin enjuagarlas. A continuación, depositamos el imán en el cuenco, lo cubrimos con arroz y, sobre la cama de cereal, disponemos las tres monedas en un triángulo. Ahora debemos enrollar el décimo que queremos que contagiar de suerte, enterrarlo bajo el arroz y esperar a que finalice el sorteo.
Todos tenemos en la cabeza una efeméride, una fecha especial o un número que pasa de generación en generación en nuestra familia, de esos que en el pasado trajeron suerte. Sea como fuere, la elección de números con un significado personal es otro ritual arraigado en la tradición. Fechas de cumpleaños, aniversarios o números que hayan aparecido en nuestros sueños son buenas elecciones para tentar la suerte.
Muchas personas combinan la elección de uno de estos números personales y secretos con un talismán, un objeto de poder o un ‘sigilo’ (conjuro escrito), al que vinculan emocionalmente el número. Se suelen utilizar velas, una rama de perejil, una cinta blanca, una moneda con aura que hayamos encontrado olvidada en algún bolsillo, macetas en las que sembramos décimos, estampitas, medallas o el ritual de las meigas gallegas: colgar el décimo de una herradura.
Los más supersticiosos afirman que frotar intensamente el boleto en la barriga de una embarazada es un detonante para que el azar nos tenga en su gloria No recomendamos realizar este ritual con una gestante seleccionada al azar. La situación puede ser cómica al principio, para acabar en tragedia. Es preferible frotar el billete de lotería en las otras dos superficies ‘oficiales’ asociadas a esta ceremonia: el lomo de un gato o la cabeza despoblada de un calvo.