El día de la lotería de Navidad para muchos es toda una fiesta. Algunos solo comienzan las celebraciones después de que les haya tocado el premio, pero para otros, el 22 de diciembre es mucho más y lo viven con intensidad en todo momento.
Porque es posible ver el sorteo en directo, desde el mismo Teatro Real de Madrid, y cada año cientos de personas escogen esta opción en lugar de la que hacerlo cómodamente desde sus casas.
Una tradición que solo tuvo su excepción el año en el que la pandemia impidió reunir a tantas personas en un espacio cerrado, pero que en cuanto el riesgo disminuyó, se recuperó. Cada 22 de diciembre es día señalado para los amantes del sorteo, y lo viven con la mayor de las ilusiones.
No tiene demasiado misterio, pero sí que tiene truco, porque no todo el mundo puede entrar al Teatro Real de Madrid a ver en directo a los niños de San Ildefonso cantar las bolas y los premios, pero lo cierto es que los requisitos son mínimos y siguen la esencia del sorteo, solo hay que tener suerte.
La entrada es gratuita, cualquiera puede formar parte de esta experiencia, siempre y cuando se encuentre entre los primeros de la cola, porque solo ellos podrán acceder al recinto, que se llena hasta completar aforo. Unas 600 personas serán las afortunadas en poder sentarse en los sillones del teatro y por eso hay que estar rápido y, sobre todo, llegar con tiempo.
Habitualmente, las puertas del teatro se abren a partir de las siete de la mañana, para que quienes hayan conseguido su entrada en la taquilla puedan acceder con tiempo suficiente al recinto, porque aunque esta es gratuita, es necesaria. Las taquillas se abren alrededor de las 6:30 de la mañana, por lo que conseguir una de las localidades requiere cierta planificación.
Se suele hablar de las colas eternas para comprar lotería y también de las que se forman cuando hay grandes conciertos y espectáculos. La que se forma para poder ver el sorteo es una mezcla de ambas, porque hay personas que incluso pasan allí toda la noche, no queriendo tentar a la suerte y quedarse fuera por mala pata.
Es tradición, además, acudir disfrazados al sorteo, con trajes a cada cual más elaborado y vistoso, por lo que si no consiguen el premio, por lo menos tienen la posibilidad de unos minutos en las pantallas de todo el mundo y mucha ilusión para celebrar con los ganadores.
El Teatro acoge invitados hasta que las butacas están llenas, pero teniendo en cuenta que la primera fila queda libre para dar distancia con el escenario y las siguientes están destinadas a los fotógrafos, encargados de recoger los momentos más destacados de la mañana para que pasen a formar parte de la historia.
Así, quienes quieran ver el sorteo desde el Teatro, solo tendrán que acudir con sus mejores prendas de abrigo y una gran cantidad de paciencia a hacer cola para poder estar entre los afortunados que consigan su entrada gratuita.