A lo largo de la historia muchas han sido las personas que han desarrollado trucos y sistemas para conseguir ganar la lotería. También han sido muchos los cambios que se han ido introduciendo para evitarlo, aprendiendo de sus errores y tratando de que el juego sea lo más justo con todos los participantes.
No todos los sistemas de lotería son iguales al de la lotería de Navidad, en algunos países, gracias a las matemáticas se pueden aumentar las probabilidades, desarrollando algoritmos que ayudan al jugador a acercarse al triunfo. No fue este el método que empleó Voltaire, quien encontró una brecha en el sistema y la supo aprovechar.
Técnicamente, no fue el propio Voltaire quien descubrió que el sistema de loterías que se había puesto en marcha podía convertirse en una forma de conseguir dinero más fácilmente si jugaban bien sus cartas, pero sí que fue el responsable su descalabro.
Alrededor de 1720, Francia pasaba por una situación delicada económicamente y para animar a la gente a comprar bonos de la Corona, se asoció la compra de estos a la de los billetes de lotería. Así, por cada bono comprado, se podría adquirir un boleto que daba la posibilidad de ganar 500.000 libras, una cantidad más que considerable también en la época.
Poco importaba el valor del bono adquirido, tanto si se había invertido una gran cantidad como si esta era la mínima disponible, se accedía al boleto de lotería y las posibilidades de ganar el premio máximo eran las mismas. De esto se dio cuenta el matemático Charles Marie de La Condamine, quien le propuso a Voltaire invertir en los bonos más baratos y ampliar sus posibilidades de ganar, tarea para la que reclutaron a 11 inversores más.
El método funcionó exactamente como habían planeado, al comprar los bonos más baratos podían entre todos comprar más, teniendo así una mayor cantidad de boletos y, por tanto, de posibilidades de que la lotería les tocara a ellos, que se repartían las ganancias entre todos. No siempre ganaban, pero sus posibilidades siempre eran mayores que quienes hacían solo una inversión en bonos de la Corona.
Era habitual en la época firmar los billetes de lotería o escribir algo detrás, algo que hacía Voltaire de manera habitual, dejando para el recuerdo frases socarronas. Fue esto precisamente lo que hizo saltar las alarmas, pues se dieron cuenta de que varios de los boletos premiados las tenían y se dieron cuenta de lo que estaban haciendo este grupo de personas.
Evidentemente, esto no sentó nada bien a las autoridades, pues dejaba en evidencia que su propuesta era fácilmente ‘hackeable’. Fueron demandados por las autoridades, pero declarados inocentes, porque, al fin y al cabo, no habían hecho nada incorrecto, solo utilizar el sistema a su favor. Este incidente supuso el final de la lotería -y de la carrera del ministro Pelletier-Desforts, quien había ideado este sistema-, pero ellos ya habían conseguido ganar un premio gordo cada uno, por lo que pudieron disfrutar de sus ganancias.