La Lotería de Navidad consigue llenar de ilusión y esperanzas a todo aquel que participe, pero también puede convertirse en un quebradero de cabeza si hemos confiado en quien no debíamos al compartir un décimo.
Uno de los mayores riesgos a la hora de jugar a la lotería es compartir un décimo con la persona incorrecta, porque en general, todos confiamos en la gente que conforma nuestro entorno y esperamos que actúen de manera correcta, pero hay veces que nos decepcionan.
Esto sucede más veces de las que podríamos pensar, tanto es así que hay unas normas para asegurarse de que, en caso de compartir décimo con familiares y amigos, no sea necesario confiar en ellos, sino que podamos relajarnos porque es imposible que nos la jueguen (por lo menos que lo hagan con éxito).
Compartir décimos se ha convertido en una práctica habitual. Nos permite jugar una mayor cantidad de números ampliando de este modo nuestras posibilidades de ganar un premio y hacerlo sin gastarnos una cantidad de dinero demasiado grande. Sin embargo, no está exenta de riesgos.
Siempre nos recomiendan que, al compartir lotería, dejemos constancia de que esta compra se ha hecho entre varias personas, por lo que en muchas ocasiones, mandar una fotografía del décimo por WhatsApp nos parece prueba suficiente, habitualmente acompañado de un mensaje en el que queda claro que es un boleto compartido. No es suficiente.
Tal y como advierten desde loterías y la OCU, es necesario hacer algunas aclaraciones más, porque a la hora de la verdad, demostrar la veracidad de este acuerdo puede ser un tanto complicado si solo se envía la imagen.
Es necesario que esta vaya acompañada de los datos de los participantes, su nombre o DNI, así como firmada y especificando la participación de cada uno en la compra. También tiene que verse perfectamente el número y la serie del billete. En realidad, lo mejor es que quien guarda el décimo haga fotocopias del décimo, por ambos lados, y las reparta entre los jugadores con toda esta información.
El riesgo de confiar que una fotografía es suficiente para demostrar que ese décimo es de tu propiedad, ya sea compartido o se juegue en solitario, no es el único. También podría estar aumentando el riesgo de sufrir algún tipo de estafa, porque el riesgo de que alguien intente suplantar tu identidad nunca es cero.
También existe el riesgo de que a raíz de compartir una imagen del décimo, sobre todo si este ha sido premiado, intenten contactar contigo para hacerte creer que son representantes de la lotería o de identidades bancarias.
Por supuesto, la posibilidad de que esa imagen que pensabas que quedaba reducida a un número pequeño de gente se multiplique si estos la comparten con otros grupos mayores, exponiendo tu información privada que podría caer en malas manos, haciendo que datos de carácter personal estén al alcance de cualquiera.