Para muchas personas, la Navidad es mucho más que un simple intercambio de regalos y cenas familiares. Es la suerte, la espera, cierta fe en el azar, un ritual que se repite con gusto y no hace daño. ¿Qué este año no ha tocado? Otro tocará.
Jugar a la Lotería de Navidad y esperar buena fortuna tiene un componente emocional que no entiende de probabilidades y matemáticas. La expectación que envuelve al Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre es ya un clásico del mes que cierra el año. El país entero se para a la espera de saber si el décimo que se comparte con amigos, familia y compañeros de trabajo lleva el número milagroso en el frontal. Tocará o no tocará, pero sin duda hemos puesto un pedazo de ilusión y futuro en ese décimo que se escoge cuidadosamente.
Eso sí, la ilusión no está reñida con las obligaciones. Cada décimo viene con su contrapartida obligatoria. La Agencia Tributaria advierte que los premios de la lotería están sujetos al pago de impuestos, y es importante tener en cuenta qué cantidad nos tocará pagar si hemos sido agraciados con uno de los décimos ganadores.
Es esencial que los ganadores se informen adecuadamente sobre el monto exacto que deben pagar a Hacienda, ya que esto puede representar una suma significativa del premio recibido. La cantidad a partir de la cual es obligatorio tributar no ha variado desde las navidades pasadas. Este porcentaje solo se aplica a premios que superen un umbral específico establecido en los Presupuestos Generales de 2019: el primero, el segundo y el tercero.
Los premios considerados algo menores, por debajo de 40.000 euros, están exentos de tributar. Buena noticia para los que se llevan un pedazo algo más minúsculo de la tarta de la lotería y el reparto de millones de cada navidad.
A partir de 40.000 euros de ganancia, estaremos obligados a entregarle una parte justa (20% de lo ganado) a la Agencia Tributaria, institución que suele hacer recordatorios periódicos de las obligaciones fiscales de todos los ciudadanos, incluidos los que ganan la lotería. Así pues, habremos de tener en cuenta que la cantidad a percibir será menor que la que el espejismo de la ilusión nos dice.
El Gordo no es una excepción. Quienes se hagan con uno de los décimos premiados se llevarán 400.000 euros brutos, cuatro millones de euros si poseen la serie completa. Descontado ese 20% estipulado por ley, la ganancia por décimo premiado será de 320.000 euros. 72.000 irán a parar a las arcas del fisco.