Amigos en torno a una mesa que alzan sus copas, la familia reunida, los brindis, las llamadas de teléfono a quienes echamos de menos, la fe en que toque, los buenos deseos… cada concepto íntimo que asociamos a la Navidad ha tenido su reflejo en el anuncio del Sorteo de la Lotería, uno de esos de esos momentos imperdibles que todos los años llega como los buenos regalos.
El spot de la Lotería de Navidad se vive, casi siempre, como un gran estreno: suele nos toca la fibra, a veces con exceso de sentimentalidad y otras con una sobriedad inteligente. También es materia de debate, cuando su tono y su mensaje reflejan alguno de los acontecimientos y las experiencias del año en cuestión, como sucedió durante la pandemia.
Estos son algunos de los mejores, los más vistos y los más polémicos.
En 2014, el mensaje del Spot de la lotería puso el acento en la solidaridad, con una premisa tan sencilla como efectiva: el protagonista, Manuel, compra su décimo cada año en el mismo bar, pero justamente rompe su costumbre el año que toca Gordo. Las lágrimas conmueven a sus vecinos, amigos y a un camarero que le reserva una sorpresa. El mensaje del spot, ‘El mayor premio es compartirlo’, fue uno de los más recordados y de los que más caló entre la audiencia con su ternura.
Este spot le sacó una ‘lagrimilla’ a buena parte de su audiencia. La apertura del anuncio ya apuntaba maneras, con la música del compositor Ludovico Einaudi y el personaje solitario de Justino haciendo la ronda en la fábrica de maniquíes. El spot de 2018, uno de los más premiados de la historia del Sorteo Extraordinario, traía fuerza renovada (era el primero hecho con animación). También contaba con la potencia ancestral de la parábola, como esos cuentos infantiles que nos dejan un mensaje de esperanza al cierre.
El guardia de seguridad Justino, con su trabajo solitario y su rutina hecha de alegrías discretas con los maniquíes, era el único que no había ido a comprar ningún décimo de lotería, pero sus compañeros se acordaban de él y le compraban uno. Y tocaba. Cómo no iba a tocar, si la esperanza y la fe son dos de las cosas más importantes que rodean a la compra de un décimo.
El anuncio de 2016 trajo cola, sobre todo en lo tocante a la polémica y a la supuesta imagen estereotipada y negativa que daba de las personas mayores. En él, una anciana cree haber ganado Gordo, y todo su pueblo elige sostener la mentira para no causarle un disgusto. Fue calificado como ‘una auténtica vergüenza’ por la Unión Democrática de Pensionistas. El debate creció en redes. Para unos, su mensaje era tierno, positivo (y disculpable); para otros, un estereotipo lamentable que había que retirar inmediatamente.
Acostumbrado a la narrativa de una historia clásica con final feliz y a la sorpresa emocionante, en 2016 llegaba este spot que apostaba por un desfile de famosos de rostro hierático y embalsamado en brillos y luces doradas. Mención especial para la cara terrorífica de Montserrat Caballé. Generó tantos memes en redes como pesadillas.
El anuncio buscaba crear una especie de himno o de hit musical de las festividades. Al público no le entró demasiado bien. Fue uno de los más vistos de la historia, y no precisamente por el favor de la audiencia, que lo calificó como ‘esperpéntico’ o ‘grotesco’ en los miles de comentarios registrados en las redes sociales.
El anuncio del annus horribilis de pandemia lo tenía muy difícil para triunfar. Por suerte, supo reflejar en su mensaje y su escena final lo que el país había entero había vivido durante el confinamiento. Hubo espacio para la esperanza compartida, con esa vecina que le agradecía a otra con un décimo haber estado ahí en algunos de los momentos más difíciles del año.