De la alegría tras la noticia por la efectividad del 90% de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus se ha pasado a la incertidumbre por todas las incógnitas que la rodean: ¿cuánto dura su inmunidad?,¿las personas contagiadas podrán seguir contagiando? y, si dejamos de lado las cuestiones médicas, ¿cómo va a poder distribuirse la vacuna a todo el mundo?
Si nos centramos en este último punto, en el de la distribución logística de la vacuna una vez se demuestre su efectividad, hay que añadirle un inconveniente más: su difícil conservación. La vacuna debe conservarse a temperaturas inferiores a 70-80 grados bajo cero.
A pesar de los problemas, el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha querido mantener la calma y ha señalado que la farmacéutica Pfizer ha garantizado la distribución de su vacuna pese a las dificultades que puede entrañar que deba conservarse a muy baja temperatura.
Tras la reunión del Consejo de Ministros, Duque ha señalado en una rueda de prensa, que la empresa "es consciente de las posibles dificultades" en cuanto a la logística, pues debe conservarse a temperaturas inferiores a 80 grados bajo cero.
Por ello, ha indicado el ministro, "ha propuesto un sistema completo por el cual todas estas dificultades que se pueden plantear por la necesidad de temperaturas muy bajas está incluido en la oferta que hace".
El Sistema Nacional de Salud recibirá la vacuna "ya en los sitios adecuados, conservada suficientemente a baja temperatura, de manera que a partir de ahí ya se haga el trabajo normal".
Otro de los problemas a los que se enfrentarán los países por este proceso de bajas temperaturas será a la posterior descongelación. Las vacunas, una vez sacadas de las temperaturas bajo cero, tendrán que ser utilizadas en un corto periodo de tiempo o no servirán.
El director del centro de Alarmas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, también se ha pronunciado sobre estas dificultades en la distribución de la vacuna, y ha asegurado que la compañía "tiene preparados contenedores específicos para mantenerla durante quince días y hay mecanismos de distribución para que no sea un problema grave".
El sindicato SOMA-FITAG-UGT ha planteado este martes la posibilidad de utilizar los pozos mineros de la hullera pública Hunosa, en Asturias, como almacenes de la futura vacuna contra la covid-19, puesto que permiten la posibilidad de acondicionar estancias a temperaturas de 70 grados bajo cero mediante el uso de nitrógeno.
Este sindicato ya propuso hace tiempo utilizar el Pozo Santiago, en el concejo de Aller, como almacén estratégico de material sanitario y de medicamentos por las buenas condiciones de temperatura, amplitud, alta seguridad y comunicaciones.
La organización señala ahora que las instalaciones mineras subterráneas también ofrecen la posibilidad de utilizarlas como las "freezer farms" (granjas congeladoras) que han comenzado a construirse en Estados Unidos u Holanda para almacenar la futura vacuna contra la covid-19, y que previsiblemente requerirá muy bajas temperaturas.
A este respecto, explica el sindicato que la extracción de carbón por subniveles necesitó de la inyección de nitrógeno a temperaturas cercanas a los 70 grados centígrados bajo cero para enfriar las capas, similar a la requerida por la vacuna que está desarrollando la farmacéutica estadounidense Pfizer, que este lunes anunció una efectividad del 90 por ciento en las pruebas realizadas.
La inyección del nitrógeno se realiza desde un depósito exterior y a través de conducciones específicas hasta los subniveles donde se explotaba el carbón, o aprovechando la red de aire comprimido que recorre toda la estructura de un pozo minero.
De esta manera, destaca el sindicato, "lo más costoso y problemático, como es la red de distribución, ya estaría construida", de modo que la infraestructura solo necesitaría de adaptación.
El ministro Pedro Duque ha calificado de "noticias muy esperanzadoras" los resultados comunicados ayer por Pfizer sobre su vacuna. "Hasta ayer tener una vacuna para la covid-19 era una esperanza, pero a partir de ayer tenemos la certeza de que se puede hacer y que tendremos ese desarrollo muy pronto".
Sin embargo, ha destacado que "hay todavía muchas incertidumbres", por ejemplo, no se sabe cuanto dura la inmunidad.
Por ello, Duque considera que "merece mucho la pena" seguir con las vacunas que se están desarrollando en España, porque tienen "unas tecnologías diferentes" y "existe la posibilidad de que podamos aportar al mundo algo diferente y que pudiera ser de mayor interés".
En la actualidad hay una docena de proyectos de vacunas españoles financiados por el Ministerio y ha dicho que posiblemente a partir de enero se puedan empezar a hacer ensayos clínicos.
Duque quiso hacer "un reconocimiento público" a todos los grupos españoles de investigación, que "están haciendo muchos esfuerzos para generan conocimiento en torno a la pandemia para ayudarnos a luchar contra ella".
Además, ha destacado el "esfuerzo" de la industria para superar la pandemia y ha recordado los proyectos del Centro de Desarrollo Técnico Industrial (CDTI) con los que, por ejemplo industrias españolas han modificado plantas dedicadas a la producción de vacunas veterinarias para poder fabricar vacunas humanas.