Diferentes estados del país están analizando sus alcantarillas para detectar la expansión de la cepa británica del covid19, detectada por primera ves en Estados Unidos el pasado enero. Los especialistas apuntan que se está extendiendo, pero aun es pronto para saberlo. La variante británica del coronavirus fue detectada en los sistemas de alcantarillado de California y Florida, según informa MIT Technolgy Review.
La variante británica del SARS-CoV-2 está considerada más contagiosa y puede entrañar mayor gravedad y ya se halla presente en un mínimo de 70 países, según confirma la Organización Mundial de la Salud. En los lugares donde se ha detectado, se han multiplicado rápidamente los casos. Hay estudios que estiman que es entre un 30 y un 70 por ciento más contagiosa. Y al ser más contagiosa, las probabilidades de que haya más ingresos y muertes, aumenta. En Estados Unidos, algunos expertos ya apuntan a que esta variedad podría convertirse en la dominante en el país en el mes de marzo.
Los datos de las aguas residuales de diferentes regiones de Estados Unidos apuntan a su rápida propagación. Tras la primera semana de enero las pruebas de pacientes apuntaban que esta variante era responsable de entre el 1% y el 2% de los casos en el país y representaba un 4% en Florida. Este dato multiplicaba por cuatro los obtenidos tan solo una semana antes, los primeros días de enero.
Las pruebas en las alcantarillas de otros estados del país están arrojando datos similares. Es el caso de las aguas residuales de la ciudad de Orlando, donde se ha detectado un 4% de los contagiados con esta nueva variante. Y es que, las pruebas de alcantarillado ofrecen una comprobación directa y muy precisa de cuántas personas están contagiadas con esta variante en las ciudades donde se realiza estos estudios.
El análisis de las aguas residuales de los centros poblacionales ofrecen una fotografía muy precisa de la infección en esa zona. Es una herramienta muy eficaz para rastrear la evolución de la variante británica del virus. Los expertos cuentan que un solo litro de agua sucia es capaz de transportar los restos de virus vertidos en los inodoros de todas las personas que comparten un sistema de alcantarillado. Así, solo con una pequeña muestra se pueden obtener datos precisos de la salud de miles, incluso millones, de personas.
Estas pruebas de las aguas residuales son una lectura fantástica también para anticipar la cantidad de personas que acudirán al os centros hospitalarios en los siguientes días o semanas. Y es que los resultados de las aguas residuales suben o bajan antes que los números oficiales de casos porque las personas empiezan a soltar el virus por los inodoros uno o dos días antes de sentirse enfermas y acudir a los centros de salud. Según sus responsables "se puede medir el pico tras Acción de Gracias o después de Navidad".