Los primeros ucranianos dispuestos a alistarse en el Ejército comienzan a marcharse de España. Aunque llevan años residiendo en nuestro país, han respondido a la llamada de auxilio de sus compatriotas. Sin dudar, cargaron una furgoneta para llegar cuanto antes a Ucrania y ayudar a su gente.
Entre ellos se encuentra Iván, quien besa a sus hijos sin saber cuándo volverá a verlos. Se marcha decidido, dejando a su mujer y a sus tres pequeños. Entre aplausos, se monta en el vehículo cuyo destino es la guerra. Sus conocidos destacan que es un hombre "fuerte y preparado", aunque no quiere contar la verdad porque "quiere proteger a sus hermanas y a sus padres".
Junto a él, otros cinco ucranianos residentes en España han decidido unirse a la lucha para ayudar a su país frente a la invasión de las tropas rusas. Lo que está claro es que necesitan todas las manos posibles para defenderse.
"Si hace falta, las abuelas dicen que están dispuestas a coger las armas para luchar", advierte un vecino de Iván. Pero los recursos para proteger su vida siguen siendo escasos. "Hay soldados, voluntarios en la calle que no tienen chalecos, no tienen nada", subrayan.
Por toda España, cientos de voluntarios hacen acopio de todo lo necesario para la población y los soldados. Porque hoy es Ucrania, "pero nos puede tocar a cualquier", asegura una mujer. Y es importante que sepan que no están solos.