El miedo ha vuelto a despertar a los ucranianos de madrugada. Las explosiones y disparos han sido los protagonistas de la segunda noche de invasión de Rusia a Ucrania. Las tropas rusas prosiguen con su guerra relámpago y ya están en Kiev, cerca de tomar la capital.
Centenares de ucranianos han dormido en el metro de la capital. Es una escena que recuerda a lo que ocurrió en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, en mitad de los bombardeos nazis. Todos han buscado refugio en el subsuelo, donde intentaban dormir como podían. Arriba, los vecinos han mirado con miedo al cielo, donde un avión de combate ha sido derribado. La aeronave cayó instantes después sobre una zona residencial.
Ya van más de 100 muertos en el Ejército ucraniano. En Odesa han derribado un puente para dificultar el avance terrestre ruso. Los soldados de la Federación progresan rápidamente y ya tienen cercada a Kiev. La situación a lo largo del país es crítica. La población sufre buena parte de los estragos. En Dnipro, los sanitarios han tenido que actuar con diligencia ante las explosiones. Han trasladado a los recién nacidos de la unidad de cuidados intensivos pediátrica a un refugio situado bajo el edificio.
En las últimas horas, miles de personas han abarrotado las estaciones de tren y las carreteras con la intención de salir de Ucrania. A las puertas de los vagones se han vivido momentos de tensión. Ante el descontrol, algunos soldados han disparado al aire. El Gobierno ha pedido a los hombres en edad militar que se queden en el país para combatir, pese a no ser soldados. También ha repartido armas de fuego entre la población. Cabe recordar que Rusia no está empleando a todo su Ejército para esta invasión.