Rusia continúa movilizando tropas y concentrando fuerzas para lanzar una gran ofensiva finalgran ofensivafinal que todavía no termina de producirse. Para ese momento, el Kremlin espera contar también con los numerosos efectivos que siguen intentando someter por completo a una Mariúpol que permanece devastada, casi reducida a cenizas, mientras grupos militares ucranianos abanderan la última huella de resistencia en dos zonas de la ciudad.
Cuando ya se han cumplido 50 días de invasión en Ucrania, los de Volodímir Zelenski tratan de frenar a las tropas rusas que se dirigen hacia el este y el sur de país; las zonas donde va a decidirse la guerra.
En este contexto, Kiev ha mostrado fotografías de la voladura con explosivos de un puente en el momento en que lo cruzaba una columna de blindados rusos en dirección al Dombás.
Sin renunciar a estas emboscadas, el ejército ucraniano quiere pasar a una nueva fase, más ofensiva, para desmoralizar al enemigo y mantener el ánimo de sus agotados hombres.
En esa línea, hoy Moscú ha denunciado que dos helicópteros ucranianos han cruzado a territorio ruso y han abierto fuego en la localidad de Klimovo, causando siete heridos.
Por su parte, las fuerzas del Kremlin continúan hostigando a esos últimos focos de resistencia en Mariúpol. Tampoco cesan los bombardeos a ciudades como Járkov, donde el ataque contra una estructura ha dejado hoy al menos cuatro fallecidos.
Una vez caiga Mariúpol, el siguiente objetivo de las fuerzas rusas podría ser la ciudad de Dnipró, una de las más pobladas del país, que lleva sufriendo ataques y bombardeos desde hace días.