Tras cuatro años en la presidencia de los Estados Unidos ha quedado claro que Donald Trump no deja indiferente a nadie. Su estilo no es comparable a ninguno de los 44 gobernantes que lo precedieron. Desafiante, enérgico, autoritario, polémico, dice lo que piensa, sin filtros, y sus simpatizantes lo adoran por eso.
El mandatario, a sus 73 años, con más de 87 millones de seguidores en Twitter, levanta pasiones entre sus fans, y sus detractores, por el contrario, pueden llegar a odiarlo.
A escasos cuatro días de las elecciones, Trump recorre el país en la recta final de la campaña para tratar de convencer a los indecisos, y reafirmar a su fiel electorado. Pero ¿Cuál es el perfil de sus seguidores y admiradores?, ¿quiénes se decantarán por la reelección del presidente que ha llegado a hacer algunos de los comentarios más polémicos de la carrera presidencial de la primera potencia mundial?
Varios estudios hacen énfasis en las diferencias de raza o género en las que Trump se perfila como un candidato más fuerte entre los hombres blancos. Su popularidad también varía en función de la edad. Los estadounidenses de mediana edad, apoyan generalmente a Trump, mientras que los votantes más jóvenes y los más mayores, no lo hacen. Aunque esto, no siempre ha sido así.
Al principio de su mandato, Trump encontraba el respaldo entre todos los grupos demográficos elegibles al voto, pero su popularidad ha ido decayendo en los últimos tiempos, especialmente entre los que comprenden las edades entre 18 y 44 años, y los que tiene más de 65, según el análisis de Político/Morning Consult.
Se trata en general de un electorado conservador, muy religioso, sin estudios universitarios pero muy trabajador que vive en ciudades muy pequeñas o completamente rurales. Casi dos tercios de la población blanca sin un título universitario votó por Trump en 2016, y todavía se encuentran entre los bloques de votantes más grandes del país.
En las últimas elecciones presidenciales, Trump consiguió el 58% del voto blanco y el 53% de las personas de más de 45 años. El desglose del voto por raza y nivel educativo resultó más extremo aún: el 67% de los blancos sin estudios universitarios votó por él.
"Amo a la gente con un nivel educativo bajo", dijo Trump hace cuatro años en un mitin de campaña en Nevada. Y aquel amor fue correspondido. En los condados industriales del Medio Oeste, donde los blancos sin estudios universitarios son mayoría, le fue mejor aún.
El voto blanco y de personas que no tienen título universitario fue clave para la victoria de Donald Trump, mientras a Hillary no logró el apoyo afroamericano y latino para vencer al magnate. Y el disputado voto latino será clave en todo el país, especialmente en contiendas muy reñidas de estados como Arizona o Florida.
Este año, por primera vez el número de posibles votantes que se identifican como latinos será superior al de los electores afroamericanos. De los 60 millones de latinos que viven en este país, 32 millones son elegibles para votar, representando un 13% del electorado total. Son el segundo mayor grupo después de los votantes blancos.
Según las encuestas, más de una cuarta parte de los latinos ven en Trump un presidente favorable e incluso muestran que tiene un desempeño ligeramente mejor entre los latinos en 2020 que en 2016.
De los 330 millones de habitantes que tiene Estados Unidos, casi el 58% (cerca del 18%) es de origen latino, aunque no todos son elegibles para votar. En 2016, al menos uno de cada cinco latinos votó por el actual presidente Donald Trump a nivel nacional.
En los círculos de análisis, sobre todo fuera del país, esta suele ser una de las preguntas más frecuentes al hablar del tema. Si Trump ha basado su campaña política en un discurso contra los inmigrantes, ¿cómo es posible que le voten tantos latinoamericanos?
Si bien la edad, el género o la ubicación demográfica determinará la preferencia electoral de los latinos (al igual que la de cualquiera de los otros grandes grupos votantes del país), hay otros elementos que juegan un rol destacado, tales como el país de origen, la razón que les hizo migrar y la permanencia familiar en Estados Unidos. Así los de origen cubano, se han inclinado durante décadas por el Partido Republicano, y muy especialmente lo que huyeron del régimen de Fidel Castro.
En Florida por ejemplo -uno de los swing states clave o estado bisagra- conforman casi 30% de todos los hispanos del estado, la mayoría de los cubanos-estadounidenses que viven en el sur de la Florida apoya el embargo económico hacia la isla, y otras políticas impulsadas por Trump, a pesar de que el 71% cree que no ha funcionado. En esta elección, seis de cada diez se inclinan por el Partido Republicano en contraste con 65% de los hispanos no cubanos, que se inclinan por el candidato demócrata, Joe Biden.
Los venezolanos, igualmente suelen favorecer el voto de Trump al elogiarle que es el único presidente que ha adoptado una postura firme contra Maduro, imponiendo sanciones a los principales funcionarios del gobierno, incluido el propio Maduro, y aplicando un embargo de facto contra el sector petrolero venezolano con el objetivo de derrocarlo.
En enero de 2019, la Casa Blanca reconoció al líder de la oposición Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, una medida seguida por más de 50 países de todo el mundo. Y aunque esta campaña de presión hasta ahora no ha logrado traer ningún cambio en Caracas, los venezolanos esperan que llegue a hacer efecto y temen Biden no mantengan las políticas del actual presidente.
Trump además, acusa en su discurso a los demócratas de tener una política socialista comunista que aterroriza a los electores que han vivido atrapados en un régimen totalitario o dictatorial que ha sumido al pueblo en la miseria, y que aún sufren sus familiares.
Por otro lado, el perfil de los votantes republicanos, según los análisis psicológicos, se enmarca en personas que valoran las jerarquías, la obediencia y el orden. Padres estrictos que reclaman de sus hijos el respeto, el buen comportamiento y la obediencia (por encima de la autonomía, la curiosidad y la independencia de criterio). Se manejan con mayor comodidad entre semejantes que entre iguales, al tiempo que se sienten incómodos con la diversidad de ideas, personas o estilos de vida.
Este segmento constituye el primer sector conquistado por Trump, el más entusiasta, el que más lo defiende y el que constituyó su masa crítica al derivar luego hacia otros segmentos sociales.
No obstante, cabe señalar que también hay latinoamericanos que ven en Trump un presidente populista con un discurso en el que prevalece el miedo y la ira, y que los venezolanos, en su caso, lo comparan con el de Maduro, aunque la ideología sea completamente opuesta.
Con respecto a la crisis sanitaria que azota al país, la Casa Blanca admitió recientemente que “no podrá controlar la pandemia” que ha matado hasta ahora a cerca de 230.000 personas. La mayoría de los partidarios de Trump no aprueban su gestión, pero sí confían en que sacará al país de la crisis económica en la que se encuentra inmersa. Y el presidente, recuperado y reforzado del Covid-19, en la cuenta atrás de la contienda, consigue reunir en cada mitin a miles y miles de seguidores que se concentran sin mascarilla ni distancia social, para apoyarlo y venerarlo.
Más allá del voto republicano, los más adeptos al mandatario, los `trumpistas´, ven también en el presidente a alguien poderoso, casi invulnerable. Como si de un espejo se tratara, su electorado se siente así parte de algo grande que le traerá el triunfo en una sociedad que consideran amenazada por el cambio y el desorden.
A pesar de que el líder republicano ha abierto brechas en su propio partido, y aunque las encuestas dan la ventaja al candidato demócrata en la intención de voto, Trump sigue pisando fuerte en la recta final de la contienda. De alguna manera ya lo resumió con su retórica en 2016 cuando apenas era un precandidato republicano al que la dirigencia del partido despreciaba y los medios ridiculizaban: “Tengo a la gente más leal, ¿Alguna vez han visto algo así? Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes”, pregonó el presidente.