Un hombre ha sido condenado a tres años de cárcel en Baréin por protagonizar presuntamente un suceso absolutamente lamentable en el marco de una pandemia que deja ya más de 655.000 muertos en todo el mundo y más de 16,5 millones de casos según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Pese a los estragos provocados por el coronavirus, justo en el momento en que le iban a realizar una prueba por la COVID-19, el hombre se quitó la mascarilla y comenzó a toser en la cara a los sanitarios que le asistían para intentar deliberadamente contagiarles.
De hecho, llegó a toserse también en varias ocasiones en la mano y procedió a tocar a los médicos en su irresponsable intento.
Como consecuencia, el tribunal ha decidido condenarle a tres años entre rejas, además de a una multa de mil dinares bareiníes, es decir, unos 2.260 euros, tal como informa la agencia estatal de noticias BNA.
El suceso, por lo lamentable del caso, se ha extendido rápidamente más allá de las fronteras de Baréin, país que suma hasta este momento un total de 39.921 casos y 142 fallecidos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.