El coronavirus continúa causando estragos por todo el mundo y, sin freno, suma ya más de 16.5 millones de contagios y más de 655.000 muertes tras infectar un total de 216 países según las cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Lejos de desacelerar, la COVID-19 sigue extendiéndose al tiempo en que científicos de todo el planeta continúan entregados a la compleja pero trascendental tarea de conseguir una vacuna eficaz y segura para aplacar la enfermedad e intentar devolvernos de algún modo la normalidad que teníamos antes.
La carrera avanza poco a poco, pero ya son varias las vacunas que afrontan la última fase y prueban con voluntarios antes de lanzar las primeras dosis, que en el mejor de los casos se estima para noviembre, según la farmacéutica Moderna, pero siendo mayoritaria, no obstante, la previsión que apunta que será al menos a partir de la primera mitad de 2021.
En cualquier caso, hasta llegar a esa meta, lo que continúan proliferando son los rebrotes del virus, –361 en España–, así como el temor que se propaga desde distintos países, –varios de ellos en Europa, incluyendo a la poderosa Alemania–, de que el SARS-CoV-2 pueda estar trayendo una segunda ola.
La OMS, no obstante, no comparte esa idea. Lo ha aseverado Mike Ryan, director de Emergencias Sanitarias en la Organización Mundial de la Salud, durante una entrevista virtual en la que ha contestado a cuestiones formuladas por los usuarios. Entre ellas, precisamente se le preguntaba al respecto de la segunda ola, algo que ha descartado: “Diría que no hay una segunda ola como tal. Lo que hemos visto es que el virus naturalmente emerge cuando se relaja la presión”, es decir, cuando se relajan o descuidan las medidas sanitarias y se empieza, por tanto, a aumentar el riesgo de contagios.
Prueba de ello son los brotes que están surgiendo en España como consecuencia del ocio nocturno, preocupante especialmente porque se produce en un ámbito que normalmente entraña numerosos contactos concentrados en un espacio habitualmente cerrado, donde muchas veces se descuidan medidas fundamentales como son las asociadas a la distancia física y el uso de las mascarillas. Con ello, el riesgo se multiplica, y el gran problema, señalan las autoridades, es que en estos ámbitos la trazabilidad del brote es sumamente “compleja”, haciéndolos “más difíciles de controlar”, como han manifestado en sucesivas comparecencias tanto el director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, como la doctora María José Sierra, jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, quien la pasada semana destacó que estos brotes se caracterizan, precisamente por “generar muchos casos”.