El sur de Reino Unido vive el peor temporal de los últimos 35 años, con vientos de casi 200 kilómetros por hora capaces de derribar árboles enormes en apenas segundos, como han captado algunos videoaficionados que han inmortalizado los destrozos provocados por su inclemencia.
Decenas de miles de casas se han quedado sin electricidad, mientras varias carreteras han tenido que ser cortadas y en la calle a algunos incluso les costaba mantenerse en pie ante la fuerza del viento.
Londres está en alerta roja y, dada la crudeza del temporal, las autoridades han tenido que recomendar a la población no salir de casa. Ya hay tres fallecidos. Dos de ellas ha sido por la caída de árboles, mientras una tercera ha muerto por la caída de un objeto en el parabrisas de su vehículo. Todo por las fuertes rachas de viento que han soplado a lo largo de la jornada y que han llevado al cierre de parques y la famosa noria del London Eye, entre otras atracciones de la ciudad.
Las imágenes que llegan desde el lugar estremecen y dan cuenta de la potencia de Eunice, el nombre que le han dado a esta tormenta que ha puesto en jaque a Reino Unido y que mantiene también a Europa en alerta roja.
En las calles se ha podido ver cómo personas salían literalmente disparadas, rodando por el suelo al intentar caminar. También se ha visto a efectivos de emergencias intentando ayudar a una mujer mayor a avanzar sobre la acera donde le resultaba imposible dar un paso; circunstancias que se han reproducido en las calles de Gales y del sur de Inglaterra.
En Somerset, al suroeste, se cayó la aguja de la torre de una iglesia, mientras vientos de 190 kilómetros por hora han arrancado parte de la cubierta del O2 en Londres.
La peor ráfaga jamás registrada en Reino Unido ha sido de 197 kilómetros por hora; vientos huracanados capaces de volcar camiones y que han puesto a los pilotos de los aviones en verdaderos apuros, obligándoles a emplearse a fondo. Algunos, de hecho, han tenido que abortar sus aterrizajes.
Las complicaciones se han reproducido por aire, mar y tierra. Enormes árboles han sido arrancados de cuajo, con Eunice forzando al cierre de colegios, dejando decenas de miles de hogares sin luz y reiterando la recomendación de no salir de casa ante la peor tormenta en 35 años.