Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos yihadistas que consumaron los atentados de París el 13 de noviembre del 2015 y que dejó 131 muertos a su paso, ha sido indemnizado con 500 euros por ser sometido a una videovigilancia continuada en su celda de manera ilegal, según la justicia francesa, algo lo que ha generado gran debate entre la población francesa, según recoge La Vanguardia.
La periodista Elsa Vigoreux fue la primera en revelar esta información, que recogió en su libro ‘Le Journal de Frank Berton’. Sin embargo, la población ha sido conocedora del pago a Salah Abdeslam hasta que el diario ‘Le Figaro’ y otros medios lo han hecho público. Además, se reveló que el terrorista se negó a cobrar el dinero que le atribuyó la justicia francesa, realmente estricta con el cumplimiento de las normas.
Frank Berton, abogado del terrorista de 29 años, presentó una denuncia al estimar que la videovigilancia constituía una grave violación de las libertades. En un primer momento la demanda fue desestimada por el Tribunal Administrativo de Versalles y, más tarde, por el Consejo de Estado.
El objetivo del visionado por parte de las autoridades era controlar al detenido sin interrupción en la celda, aunque se preservó parte de su intimidad con una mampara. El suicidio o la evasión del terrorista crearía un gran impacto en la opinión pública por lo que se realizó el proceso una vez fue detenido en Bruselas y trasladado a Francia en abril de 2016.
El propio Ministerio de Justicia reconoció el error al revisar que ninguna ley sustentaba el acto de la videovigilancia permanente. Para tratar la situación se adoptó un texto legislativo el 21 de julio del 2016 aunque el pulso jurídico continuó. Finalmente el Tribunal Administrativo de Versalles, que se negó en primera instancia, condenó al Estado a pagar 500 euros al terrorista porque la actividad que se realizó sobre el mismo no era legal.
Abdeslam, que espera el próximo año el juicio por los atentados de París, nació en Bruselas y tuvo un papel clave en los atentados contra la sala de conciertos Bataclan, varias cafeterías y el Estadio de Francia, así como en los siguientes ataques terroristas en Bruselas. Brahim Abdeslam, hermano del terrorista que ha recibido dinero, falleció en los atentados perpetrados sobre París tras hacer estallar una carga explosiva.