La muerte de la supermodelo británica Stella Tennant, el pasado 22 de diciembre, conmocionó al mundo de la moda. Fue su propia familia quien anunció su "fallecimiento repentino", pero ahora, tres semanas después, han revelado que Tennant se suicidó al no poder superar los problemas mentales que padecía.
La aristocrática modelo, nieta de Andrew Cavendish, el undécimo duque de Devonshire y Deborah Mitford, fue hallada muerta en su casa de Duns, Escocia, en vísperas de la Navidad.
Su familia ha explicado en un comunicado publicado por The Daily Telegraph que Stella estaba "mal desde hace un tiempo. Sentimos profundamente que le resultara imposible seguir adelante, a pesar del amor de aquellos cercanos a ella".
La familia ha hecho pública la causa de la muerte de la modelo porque cree que es importante "crear una conciencia social" sobre los problemas de salud mental que con frecuencia se malinterpretan y ha pedido también que se respete su privacidad.
La carrera de Tennant empezó en 1993, cuando posó para la edición británica de la revista Vogue. Las fotos de aquella sesión se difundieron por todo el mundo de la moda y protagonizó otras portadas de las revistas de moda de referencia, además de colaborar con marcas como Chanel o Versace.
Retirada junto a su marido, el fotógrafo David Lasnet, y sus cuatro hijos, en un castillo en Escocia desde principios de la década pasada, Tennant siguió trabajando los últimos años dejándose ver en campañas (para Zara, por ejemplo) o desfiles como el de Versace alta costura, el último en el que apareció.
Su familia ha querido despedirla destacando "que fue un espíritu bello al que sus amigos y familiares cercanos adoraban, una mujer sensible y talentosa cuya creatividad, inteligencia y humor conmovió a muchos".