Desde Kabul llega la historia de un pequeño afgano, al que sus padres creyeron salvar de los talibanes entregándolo a un soldado durante las evacuaciones de agosto. La imagen de su entrega al soldado dio la vuelta al mundo y se convirtió en todo un símbolo. En realidad el niño nunca salió de Kabul y esta semana ha podido volver con su abuelo.
La imagen impactó a todo el mundo, un bebé entregado por sus padres a los soldados, para ser evacuado tras las llegada de los talibanes al poder. El pequeño es Sohail Ahmadi y, en realidad, nunca salió de Kabul.
Un taxista lo encontró en el aeropuerto y se encariñó, lo cuidó como a un hijo más. Mientras, los padres de Sohail trataban de localizarlo en Estados Unidos, donde ellos habían sido evacuados en agosto.
Meses de incertidumbre, hasta que los abuelos, en Kabul, dieron con el niño. Para gran pesadumbre del taxista y su mujer que han sufrido con la separación. Tras un acuerdo firmado entre ambas familias el niño está ya con su abuelo que abraza al taxista, de nombre, Safi, agradecido por los cuidados a su nieto.
Un niño que aún no podrá reunirse con sus padres. Un niño que representa el drama de miles de afganos, de las familias separadas, de los que han tenido que huir y, también, de los que se han quedado. Infancias rotas, vidas a medio hacer, personas atrapadas sin corredores seguros para huir y salvar la vida.
Mirza Ali, de 35 años, Suraya, de 32, y sus otros hijos, de 17, 9, 6 y 3, fueron metidos en un vuelo de evacuación a Qatar y luego a Alemania, aterrizando finalmente en Estados Unidos. La familia se encuentra ahora en Fort Bliss, en Texas, con otros refugiados afganos esperando para ser reasentados en algún lugar del gigante norteamericano.