La gimnasta estrella de Estados Unidos, Simone Biles, ha anunciado que abandona la final individual en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para centrarse en su salud mental. La presión deportiva y mediática han podido con la atleta de Ohio, de la que se esperaba absolutamente todo. Este martes ya anunció su retirada de la final por equipos. La decisión ha generado mucho debate y ha sido uno de los principales asuntos en el país.
La presión ha sido insoportable para esta joven gimnasta, que a sus 24 años ha ganado ya 30 medallas mundiales y olímpicas. La campeona olímpica en Río 2016 no defenderá su título en la final del concurso general. Detrás de esa sorprendente retirada asegura que no hay un problema físico, sino mental, aunque aún queda competición para ella.
La decisión de Biles ha causado mucho impacto en el país. Está generando mucho debate. Están los que la critican, porque dicen que ha sucumbido a la presión de todos los deportistas de élite y que ha traicionado dicen al equipo y a Estados Unidos.
Pero también hay muchos aplausos para Simone Biles por dar prioridad a su salud mental, lo que también requiere mucha fortaleza y poner este debate sobre la mesa. Una posición que ha apoyado este miércoles la exprimera dama, Michelle Obama: dice que están muy orgullosos de Biles, a quien allí llaman 'The Goat', la más grande de todos los tiempos.
El terremoto Biles ha echado el freno. "Yo creo que ha tomado esta decisión para protegerse a sí misma y, sobre todo, para no entorpecer a sus compañeras. Considero que ha sido una decisión muy valiente y muy generosa", explica al respecto la gimnasta española Roxana Popa, en la final de concurso completo en Tokio 2020.
Una presión por mil frentes que paraliza. "Está la mediática, la personal, la que te exiges tú misma. Hace gimnasia artística, y es un deporte que requiere milímetros y centímetros", comenta sobre la situación de Biles María José Rienda, cinco veces olímpica.
Roxana Popa conoce bien la exigencia de la disciplina. Acaba de meterse en la final en sus primeros Juegos Olímpicos, cuando hace apenas unos años su carrera parecía desvanecerse. "Han sido unos días bastante duros. Por sobre cargamental, sobrecarga física, el cansancio... Todo puede jugar una mala pasada. Pero he tenido un entrenamiento de 10", explica la gimnasta olímpica española.
Nos parecen superhéroes, pero no lo son. "Al tratarse de un problema de ansiedad, enseguida han comenzado a aparecer cuestiones que tienen más que ver con lo moral que con la salud. Del tipo de, si es una persona débil, si no aguanta la presión o si deja 'tirado' a su equipo", explica al respecto Iria Veiga, psiquiatra.
Y es que nadie está libre. La tenista Naomi Osaka abandonó Roland Garros y el nadador Michael Phelps todavía hoy pelea con la ansiedad. Le pasó también a Álex Abrines, ahora en Tokio, quien tuvo que aparcar el baloncesto, lo que más le gusta.
Simone Biles decidirá día a día si compite en las finales por aparatos. "Está viendo que cualquier cosa que no sea un oro será una decepción y un fracaso", comenta al respecto Galia Dvorak, siete veces campeona de España en tenis de mesa. Mientras, sigue la avalancha de apoyo incondicional de los deportistas hacia la gimnasta estadounidense.