El presidente italiano, Sergio Mattarella finalmente ha accedido a renovar su cargo como jefe de Estado, tras el consenso alcanzado por la mayoría de los partidos políticos, para un nuevo mandato de siete años. La decisión ha sido recibida con gran alivio en Italia y en Europa, porque el país seguirá contando con este jurista, de 80 años, y con el actual primer ministro, Mario Draghi.
Después de siete votaciones fallidas (a la octava fue la vencida), Mattarella afirmó que "si hace falta, aquí estoy", tras un encuentro en el palacio del Quirinal con responsables políticos, según recoge la prensa italiana. Los dirigentes "expusieron la situación" a Mattarella "rogándole" que aceptara un segundo mandato, ha explicado la senadora Julia Unterberger, presidenta del grupo Por las Autonomías.
Tras una caótica semana, marcada por la confusión y la profunda división de los partidos políticos en la elección presidencial, Mattarella, que se inició hace 40 años en la democracia cristiana, ha salvado al Parlamento del caos al aceptar una reelección que durante meses rechazó de todos los modos posibles.
Los partidos que forman el Gobierno de unidad nacional (Movimiento 5 Estrellas, Liga, Forza Italia, Partido Democrático, Italia Viva y Libres e Iguales) apoyaron la reelección de Mattarella y expresaron la misma idea: "Es una óptima noticia para Italia". Contraria y "sorprendida" se mostró Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, único partido importante fuera del Ejecutivo. El presidente se mostró agradecido: "Tenía otros planes, pero si sirve aquí estoy. Les agradezco la estima".
El hecho de que, en nueve años, los partidos políticos hayan tenido que rogar a dos presidentes (el anterior fue Giorgio Napolitano, en 2013) que prorrogaran su mandato, por la incapacidad de encontrar un sucesor, refleja un fracaso y bloqueo de la política italiana.
Aunque la Constitución establece que el mandato es de siete años, nadie cree que lo cumplirá. Mattarella podría dimitir poco después de que el país celebre elecciones generales en la primavera de 2023, como está previsto. Entonces podría ser el turno de Draghi, su hombre de gran confianza.