La seguridad de Vladímir Putin siempre ha sido una obsesión para el presidente de Rusia, más ahora que tras la guerra en Ucrania, se ha quedado prácticamente sin aliados en el mundo. Desde de iniciar la invasión de Ucrania, el Kremlin ha elevado a unos límites increíbles las medidas de seguridad sobre su inquilino.
Vladímir Putin nunca duerme solo. Hasta cuando descansa está vigilado, como analizan cada alimento que prueba o vaso que bebe. Su seguridad está en manos del Servicio de Seguridad Presidencial de Rusia, un equipo que lo protege a él y a otros muy altos cargos del gobierno.
Son los hombres de negro de Putin, que lo acompañan allá donde va. En el exterior forman, según cuenta la BBC, cuatro anillos entorno a él. Los más cercanos son sus guardaespaldas personales
El segundo círculo lo forman unos guardias que pasan desapercibidos entre el público. El tercero, rodea a la multitud, controlando quien entra y sale. El último círculo de los hombres de negro de Putin son francotiradores situados en los techos de los edificios.
Los guardaespaldas de Vladimir Putin forman parte de la ‘Guardia Nacional de Rusia" o Rosgvardia, que dirige Viktor Zolotov, un antiguo guardaespaldas suyo. En los últimos años este cuerpo ha sumado 400.000 efectivos, que tienen por misión la seguridad de Putin y de otros altos cargos del Gobierno.
Cuando el presidente de Rusia sale a la calle lleva motoristas, coches de negro, camiones… en definitiva una gran caravana que bloquea el espacio aéreo allá por donde pasa, según explica al citado medio Mark Galeotti, experto en seguridad rusa y director de la consultora especializada Mayak Intelligence.
"Ya no viaja por el país y su aparición en eventos públicos es bastante inusual. Los guardias de seguridad son de las pocas personas con las que Putin tiene una relación personal", dice Mark Galeotti.
Sus guardaespaldas vigilan lo que se cocina para el inquilino del Kremlin. Hay además una persona que cata todo lo que el presidente va a comer.
Fuera de Rusia estas precauciones se extreman. "Se llevan toda la comida y bebida que él va a consumir. Así, por ejemplo, si hay un brindis oficial, él toma de la botella que su equipo le trae, no de la del resto", asegura Galeotti
Vladimir Putin no tiene móvil. Si quiere hablar con alguien usa una línea oficial de máxima seguridad.
Los contactos de Vladimir Putin son muy limitados y desde la pandemia de covid más. Solo hay que recordar la imagen de su reunión con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, justo antes de la guerra de Ucrania. El galo se negó a hacerse un test de covid para evitar que su colega se hiciera con su ADN, así que el ruso se sentó a metros de distancia de él en el extremo de una mesa enorme.
Según la BBC cualquiera que tenga que ver a Putin debe hacer una cuarentena de dos semanas, pasar un riguroso control médico, que incluye periódicos test PCR, además de la reducción casi total de su asistencia a eventos públicos.