De los preocupantes datos de contagios que están viviendo en Europa, no se salva ni Alemania, uno de los países europeos menos afectados durante la primera ola del coronavirus.
Alemania se ve obligada a echar mano del ejército para rastrear las infecciones. El gobierno asegura que la situación se puede controlar todavía. Pero el país asiste atónito a cifras de contagios nunca vistas. Hasta el ministro de Sanidad ha dado positivo.
Mucho peor es la situación en Bélgica, comparable ya al desastre que sufrió en la primera ola. Allí es la ministra de Exteriores, exprimera ministra, la que se encuentra en la UCI. El país decretó el toque de queda esta semana pero los hospitales -especialmente en Bruselas y en Lieja- están a punto de colapsar.
El confinamiento total es el siguiente paso. Lo han dado ya la República Checa, con una incidencia que supera los mil casos por cien mil habitantes, y también Irlanda. Quince millones de europeos están encerrados otra vez en casa.
En Francia, donde se ha extendido a 46 millones de galos el toque de queda, el Gobierno francés trabaja con la hipótesis de que el número de enfermos de covid19 en las unidades de cuidados intensivos, que ya han superado el umbral de los 2.000, va a seguir aumentando las próximas dos semanas antes de que el toque de queda dé los primeros efectos.
En Italia, que ha vuelto a superar hoy su récord de contagios, Roma se une al toque de queda decretado ya en Milán y en Nápoles. También Grecia lo instaura en Atenas y en Tesalónica. En Manchester, Reino Unido, los pubs cierran desde esta medianoche.