Rusia anuncia la toma de la acería de Azovstal, el lugar donde se refugiaba la última resistencia ucraniana que quedaba en Mariúpol. Ha sido el Ministerio de Defensa ruso el que ha informado de la retirada total del Ejército ucraniano de la planta siderúrgica, certificando así la toma de la ciudad por parte de Moscú, que por su parte sigue intensificando los ataques en el Donbás.
Durante los días previos, ya el Kremlin se afanaba en mostrar al mundo la rendición de los últimos de Azovstal, y ahora, con este anuncio, certifican su 'victoria'.
Antes de este anuncio, el Batallón Azov, una organización paramilitar que combate en apoyo a las Fuerzas Armadas de Ucrania, había ordenado "dejar de defender" la ciudad, lo que implica la entrega de Azovstal, símbolo de la resistencia en la zona.
El encargado de la cartera de Defensa, Sergei Shoigu, ha informado al presidente ruso, Vladimir Putin, de la "finalización de la operación y la liberación de la planta y la ciudad de Mariúpol", según recoge la agencia rusa Interfax.
En este sentido, el Ministerio de Defensa ha incidido en que las instalaciones subterráneas de Azovstal, refugio de la resistencia ucraniana, han sido despejadas y ya están bajo control del Ejército ruso.
Además, el Kremlin ha apuntado que los paramilitares del Batallón Azov han sido expulsados del lugar a bordo de vehículos blindados debido al "odio de los residentes de Maríupol y al deseo de la gente del pueblo de castigarlos por sus numerosas atrocidades".
Previamente, el ministro Shoigu había afirmado que sus tropas han "rescatado" a 177 civiles y capturado a 1.908 "nacionalistas" que "han depuesto sus armas", según la agencia de noticias TASS.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió el jueves un acceso "inmediato" a estos prisioneros, de los que intenta también recabar datos. Las autoridades ucranianas, por su parte, mantienen su interés de hacer un futuro canje de prisioneros con los militares que sean capturados tras abandonar la acería.