Ucrania continua resistiendo a la invasión rusa. 85 días después de que esta comenzara, las tropas de Volodímir Zelenski continúan en pie. Sorprende esta resistencia ante un enemigo que, se suponía, mucho más fuerte y preparado para el combate y desespera, también, al Kremlin, que no acaba de ver la caída del país vecino.
Numerosas imágenes muestran la destrucción de los tanques rusos, con la ayuda de misiles británicos, por parte de Ucrania. Por no hablar de la caída de miles de soldados rusos desde que comenzó una guerra que Vladimir Putin no parece dispuesto a querer perder.
Rusia ha decidido hacer frente a la resistencia de Ucrania desplegando, por primera vez, en el este del país los BMPT 'Terminator'. Se trata de un nuevo blindado mucho más potente que los utilizados hasta ahora, los tanques T-90M.
Los 'Terminator' tienen capacidad para cinco soldados y cuentan con peso de 47 toneladas, 7 metros de largo y 3,8 de ancho. Su principal arma son dos cañones de municiones y cuatro lanzamisiles antitanque. Además, cuentan con un ametralladora, de 7,6 metros de longitud, y un lanzagranadas.
Mientras, en otra ciudad, Mariúpol, los últimos de la acería de Azovstal se han convertido en prisioneros de guerra para Rusia. Muchos de ellos están gravemente heridos o enfermos y casi no pueden ni caminar solos. El Kremlim quiere interrogarlos antes de tomar una decisión sobre su destino.
El Kremlin habla de 1.000 soldados ucranios rendidos en la planta. Muchos se preguntan qué ocurrirá con ellos: si serán intercambiados o serán ejecutados como piden algunas voces cercanas a Vladímir Putin.