El ejército de Vladimir Putin sigue reuniendo fuerzas para atacar. Las imágenes de columnas de militares rusos dirigiéndose hacia el este, hacia Donetsk y Lugansk, no dejan de repetirse. Los planes de Rusia se centran ahora en una gran ofensiva para hacerse con la región del Dombás, que, de momento, no ha comenzado y que podría sucederse tras la caída de Mariúpol.
Rusia está concentrando un gran número de tropas para no cometer los errores de hace unas semanas, cuando se quedaron atascados sin combustible ni alimentos.
La ofensiva rusa no pudo con Kiev, pero en su camino hacia el Dombás sigue en su intento de hacerse con Járkov, la segunda ciudad de Ucrania. Allí los misiles continúan irrumpiendo en los hogares de civiles desarmados.
Rusia tiene un claro objetivo: el Dombás. Y para ello concentra todas sus tropas y despliega su gran potencia bélica. Pero Ucrania sigue resistiendo y responde con ataques y con su gran arma en esta guerra: las palabras de su presidente, Volodímir Zelenski, en un video en el que pide ayuda, enumerando y describiendo el tipo de material que su ejército necesita. Pide munición, tanques, sistemas de defensa antiaérea y sobre todo aeronaves de combate, mientras le recuerda a occidente que "la libertad debe estar mejor armada que la tiranía".