La letra zeta pintada en camiones y carros de combate rusos los hemos visto desde que comenzó la guerra en Ucrania. La marca que se ha convertido en el símbolo que los ucranianos se afanan en borrar y ocultar con pintura amarilla cada vez que capturan un material ruso, mientras en Rusia, los seguidores de Putin lo convierten en el icono de la victoria.
La campaña nacionalista de Rusia se inflama cada vez más entre los seguidores de Vladimir Putin, que ven un motivo de orgullo en la invasión a Ucrania. Un vídeo oficial lo explica así: "En la ciudad heroica de Leningrado, dice un partidario de Putin, renombrando San Petersburgo con su nombre soviético. Todas son referencias al Ejército Rojo y a su lucha contra los nazis. Los ucranianos -dicen- machacan a los prorrusos del Dombás. "No venderemos nuestra patria por dólares y IPhone. Nuestros héroes, gritan, no son de Marvel."
El furor ultranacionalista alentado por el Kremlin lo permea todo. Ivan Kuliak, gimnasta de 20 años, acaba de subir al podio de la Copa del Mundo con una "z" pegada en el pecho. A su lado, medalla de oro, Kovtun Illia, ucraniano. No se dan la mano.
Esa "zeta" que significa "Para la victoria"- es también el emblema de grupos de jóvenes de Ekaterimburgo. Como ellos, 200 rectores de las principales universidades rusas han firmado apoyando la invasión de Ucrania.
"Putin no está solo., pero su universo antinazi resulta casi calcado no solo del soviético, también del nazi. Los ucranianos lo demuestran con este vídeo en el que denuncian todo eso que comparten el nazismo y los que dicen querer "desnazificar": el culto a la personalidad, las escenas de masas y la intimidación.