Rostilav Philippenko es un matemático ucraniano residente en Madrid, al que la guerra de Ucrania le pilló en Járkov, su ciudad. Tras 19 días de bombardeos, la vida se ha convertido en una auténtica pesadilla para los ucranianos que viven en las poblaciones asediadas por las tropas rusas y Járkov, la segunda ciudad más importante del país, la que fuera una ciudad apacible y familiar, no es hoy más que una ciudad en ruinas.
Philippenko muestra para Informativos Telecinco cómo ha quedado su ciudad, destruida totalmente por los misiles enemigos. Los efectos de los incesantes bombardeos sobre la población civil, que sobrevive entre las ruinas de los que antes eran edificios residenciales, hospitales o escuelas. Vehículos civiles abandonados en mitad de la calle, agujerados por las balas, y de fondo... un sonido que rompe el aterrador silencio que se ha instaurado en la ciudad desde la llegada de las tropas rusas, el de la defensa antiaérea ucraniana.
El matemático recurre a una comparación para que entendamos su estado de ánimo al recorrer su ciudad: "Es como si un madrileño, por ejemplo, viera la Gran Vía destrozada". Rostilav Philippenko creció y vive en España, pero estaba en Járkov cuando estalló la guerra. Desde entonces decidió quedarse en la ciudad ucraniana para ayudar en todo lo que esté en sus manos. "Estamos ahora mismo montando un almacén farmacéutico improvisado", explica. Con otros voluntarios lleva los medicamentos que reciben donde más falta hacen, porque es importante mantener la mente ocupada. "Uno necesita una tarea, porque si no, se vuelve básicamente loco", afirma.
Ha sentido los estragos de misiles y de bombas y pide ayuda para continuar su tarea entre una población dispuesta a resistir. Cualquiera que quiera colaborar con él, puede aportar donaciones económicas a través de PayPal en el correo: sh.rosti@gmail.com. Todas las donaciones físicas que tengan que ver con material sanitario podrán ser depositadas de manera presencial en Calle Acebes, 2, en Madrid.