El magnate ruso Román Abramóvich podría resultar clave en las negociaciones por la paz entre Rusia y Ucrania en Bielorrusia. Al parecer, a petición del gobierno ucraniano, el oligarca, que tiene una estrecha relación con Vladímir Putin, lleva varios días implicado como mediador.
Las delegaciones rusa y ucraniana han acordado una "segunda ronda" de negociaciones, anunciaron ambas partes, tras terminar la primera reunión este lunes y regresar a sus respectivas capitales para examinar la situación.
En la reunión en el palacio de Bielorrusia no ha estado ni Putin ni Zelenski. Kiev pide un alto el fuego inmediato y la retirada de las tropas rusas de su territorio, mientras que el Kremlin no revela sus objetivos.
Román Abramóvich, quien era el dueño del Chelsea, dio un paso al lado este sábado y anunció que deja el club londinense en manos de la Fundación del equipo, una decisión drástica desatada los últimos días tras el conflicto bélico con la invasión rusa de Ucrania.
El magnate ruso compró el Chelsea en 2003. "Durante cerca de mis 20 años como dueño del Chelsea, siempre he custodiado al equipo para ser lo exitoso que es hoy, para construir el futuro, con un rol positivo además para nuestra comunidad", comentó Abramovich.
"Siempre he tomado las decisiones por el mejor interés para el club. Sigo comprometido con esos valores. Por eso hoy estoy entregando en fideicomiso a la Fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC", añadió.
Abramóvich estaba señalado incluso por el gobierno británico como uno de los posibles castigados con las sanciones impuestas a Rusia. De momento, el conocido magnate ruso se separa del club, sin dar más datos.
"Creo que actualmente están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición", sentenció el magnate. Su hija, Sofía Abramóvich, de 27 años, ya se ha pronunciado en contra de la guerra: publicó en Instagram un post de otra cuenta que pedía detener el conflicto.