Hace justo tres años, el 15 de abril de 2019, un incendió devoró Notre Dame, la catedral de París. En la memoria de todos está la imagen de la aguja sobre el crucero desmoronándose y, con ella, siglos de historia de la cristiandad europea. Los bomberos lucharon para salvar esta joya del gótico pero el fuego arrasó buena parte de su estructura.
Aún quedan dos años para que vuelva a abrir sus puertas al público. De momento, ha recuperado la blancura perdida aquella trágica noche. Además, mientras tanto, puede visitarse su interior de manera virtual.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ataviado con un mono de trabajo y un casco blanco de protección, ha recorrido el interior del templo, repleto de andamios, y ha conversado con los encargados de las labores de reparación, según imágenes difundidas por el canal de televisión francés BFM TV.
La catedral, de más de 800 años de antigüedad y símbolo de la arquitectura gótica francesa, sufrió graves daños a consecuencia del incendio declarado en el interior del edificio y que rápidamente se extendió por el andamiaje dispuesto para las labores de reparación que se llevaban a cabo en aquel momento.
Días después del incendio, Macron anunció su compromiso de reconstruir Notre Dame en un plazo de cinco años, para abril de 2024, si bien es cierto que esta previsión es probable que no se cumpla ante la interrupción de las labores de reparación a causa del confinamiento por el coronavirus.
"Si la restauración de Notre Dame nos importa a todos es porque es un símbolo de la resiliencia de nuestro pueblo, de su capacidad para superar las dificultades", subrayó el mandatario francés en el primer aniversario del incendio.