Marruecos vive horas de tensión, miedo y esperanza mientras se desarrollan las labores de rescate de un niño de 5 años llamado Rayan que este martes se cayó en un pozo de 32 metros de profundidad localizado en el poblado de Ighran, a unos 70 kilómetros al este de Chauen al norte del país. La historia recuerda a la tragedia del pequeño Julen, ocurrida en Málaga en enero de 2019.
Los equipos de rescate ya llevan dos días de intensos trabajos intentando llegar hasta el punto en el que se encuentra el pequeño. Por el momento han logrado excavar más de 19 metros de profundidad ayudados por cinco máquinas que horadado el terreno en paralelo al pozo para, en una maniobra similar a la de Julen en el municipio de Totalán, en Málaga, poder rescatar al menor.
Las maniobras de rescate se están alternando con otras destinadas a mantener con vida a Rayan. Se le está suministrando oxígeno y bebidas azucaras a través de tubos introducidos hasta la cavidad en la que está retenido.
Mientras se excava el túnel paralelo, otros especialistas han intentado descender por el pozo original, pero la estrechez del conducto ha impedido el éxito de la maniobra.
La sociedad marroquí vive minuto a minuto la angustia de un rescate que recuerda al de Julen en España y que en este caso terminó de forma trágica al hallarse sin vida el cuerpo del pequeño de dos años 13 días después del accidente.
Las redes sociales y los medios de comunicación se han volcado en este caso con mensajes de apoyo a la familia y los equipos de rescate a través de etiquetas como "salvad a Rayan".