Antonia, María Mayo y María Jesús son tres monjas españolas que han trabajado como voluntarias en Ucrania durante diez años. Nada más estallar la cruel guerra en la que se haya sumido el país ante los ataques perpetrados por las fuerzas rusas de Vladímir Putin, tuvieron que huir prácticamente con lo puesto tras una llamada de la embajada española.
Heroínas de más de setenta años, han compartido su relato ante un grupo de estudiantes que, con la boca abierta, han escuchado sorprendidos su odisea y su escapada de Kiev.
“A las seis de la mañana nos llaman del consulado: están bombardeando Kiev”, contaba María Jesús Cerro, del colegio Santo Domingo FESD de Madrid, a lo que su compañera María Mayo añadía: “Preguntaron: ‘¿qué estáis haciendo?’, y dijimos que desayunar. Nos dijeron: ‘no desayunéis, rápido para acá’”.
Fue una odisea de 50 horas escoltadas nada menos que por los GEO: “Con sus metralletas y sus cosas, tratándonos con cariño”, ha explicado María Jesús.
En el camino no podían ocultar su preocupación por dejar atrás a sus 140 pequeños, a los que ayudaban en Ucrania.
“Qué pasará, cómo estarán... No teníamos comunicación con nadie”, cuentan, expresando sus inquietudes, las cuales han compartido también con todos los estudiantes que han escuchado su historia.
Ahora, confían en poder volver cuanto antes junto a ellos con la esperanza de una Ucrania en paz.