Solicitó asilo a Estados Unidos porque su vida estaba en riesgo. Se lo denegaron. Cuando volvió a El Salvador, su país natal, Camila fue secuestrada y asesinada.
Camila, una mujer transgénero de 29 años, había pedido asilo en EEUU tras años de persecuciones y amenazas en su país pero, a pesar de haber aportado numerosas pruebas, llegó incluso a sortear un tiroteo en su propia casa o a presenciar el asesinato de su compañera de piso, fue deportada.
En enero de 2019, Camila terminó torturada y arrojada a la carretera desde un coche en marcha en Morazán, al noreste de El Salvador. La encontarron viva pero tres días después morí en el hospital.
Tres policías son los sospechosos de su muerte, y se enfrentan ahora a la acusación de secuestro y homicidio. De ser enconrados culpables, serían los primeros condenados en ese país por un delito de odio contra la orientación sexual.
El caso de Camila es el primero que llega a juicio. Según las organizaciones de derechos humanos, más de 600 mujeres transgénero han sido asesinadas desde 1993 en El Salvador; un país donde la discriminación, el acoso y los crímenes de odio hacia la población LGBTI son muy habituales.