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Las investigaciones sobre el tiroteo llevado a cabo por uno de los estudiante en el Oxford High School de Míchigan, que acabó con la vida de cuatro compañeros e hirió gravemente a otras siete, continúan. Esta vez no solo apuntan al responsable de apretar el gatillo, un menor de 15 años, si no que ponen en el punto de mira de la justicia a sus padres.
La fiscal del condado de Oakland, Karen McDonald, ha anunciado este viernes que presentará cargos por homicidio involuntario contra ellos. "Aunque el agresor fue quien ingresó en el centro y apretó el gatillo, hay otras personas que contribuyeron y es mi intención responsabilizarlos también", ha pronunciado McDonald ante los medios.
Las investigaciones sostienen que el autor de los disparos, Ethan Crumbley, utilizó la pistola que su padre había adquirido en el Black Friday, cuatro días antes de que se produjera la masacre. "La posesión de armas es un derecho y ese derecho conlleva una gran responsabilidad", ha argumentado McDonald.
Por ello, la fiscal ha presentado cuatro cargos de homicidio involuntario contra Jennifer y James Crumbley, quienes, tal y como han contado las autoridades, no solo no han cooperado con la investigación, sino que además tampoco han permitido que su hijo preste declaración, amparándose en las leyes del estado de Míchigan.
McDonald ha señalado que James Crumbley acudió junto a su hijo a la armería con la intención de comprar el arma para el joven. De acuerdo con la leyes de Míchigan, se pueden presentar cargos por homicidio involuntario si los fiscales consideran que se contribuyó a que se produjera el daño. "Si tienes un arma y a sabiendas permites que alguien tenga acceso libre a ella, de quien tienes motivos para creer que podría usarla para lastimar a alguien, eso es intencional y es negligencia grave y hay muchas consecuencias penales para eso", ha expresado. En caso de ser hallados culpables, las penas pueden ser de hasta un máximo de quince años de prisión.
Los padres fueron alertados de algunos comportamientos inquietantes y potencialmente peligrosos de su hijo, como cuando un profesor le sorprendió consultado información sobre municiones en su teléfono, o dibujando imágenes violentas.
Ethan Crumbley ha sido acusado por varios cargos: cuatro de asesinato en primer grado, los de sus cuatro compañeros -Justin Shilling, de 17 años, Hana St. Juliana, de 14, Madisyn Baldwin, de 17, y Tate Myre, de 16- uno de terrorismo, siete de asalto con intención de matar y doce de posesión de un arma de fuego para cometer un delito.