El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, ha sido detenido por la Policía en el control de pasaportes del aeropuerto Sheremétievo de Moscú, donde ha aterrizado tras coger el avión en Alemania, el país en el que ha permanecido hospitalizado tras el envenenamiento sufrido el año pasado y del que ha acusado a las autoridades rusas
"Agentes de la Policía de fronteras se han llevado a Alexei sin dar ningún motivo. No permitieron a su abogado ir con él", ha explicado la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, a través de su cuenta en Twitter. "Desconocemos cómo está Alexei, en qué estado se encuentra o dónde está", ha añadido.
Las autoridades rusas ya habían indicado que planeaban arrestar a Navalni nada más llegar a su país. Le acusan de violar los términos de una sentencia y la libertad condicional.
Varios simpatizantes de Navalni que se habían desplazado hasta el aeropuerto también han sido detenidos. Un corresponsal de la agencia de noticias DPA ha indicado que entre los detenidos está uno de los colaboradores de Navalni, el abogado Liubov Sobol, así como varios activistas.
Agentes de paisano han empujado a las personas congregadas para dar la bienvenida a Navalni en el Aeropuerto Internacional de Moscú-Vnukovo. Efectivos de la policía antiterrorista (OMON) han tomado posiciones en el aeropuerto y hay varios furgones de traslado de prisioneros.
"¡Gracias amigos!", escribió Navalni en idioma alemán en su cuenta de Instagram antes de abandonar suelo germano. Navalni ha explicado en sus redes sociales que durante su estancia en Alemania constató que muchos de los estereotipos sobre los alemanes no se ajustan a la realidad, como que no son amigables, que apenas se ríen o que quieran dar y recibir órdenes.
"No es así en absoluto. Realmente son gente muy agradable, con un excelente sentido del humor, y siempre tratan de ayudar", puede leerse en la cuenta de Instagram de Navalni.
Añadió que dos de los estereotipos hacia los alemanes sí que son acertados. "No llegan tarde", algo que, indicó, le emociona ya que a él personalmente tampoco le gusta que nadie llegue demasiado tarde. "A los alemanes les encanta inventar reglas para todas las situaciones de la vida y luego seguirlas, algo que irrita al principio, pero luego entiendes que es exactamente por eso por lo que viven tan bien", agregó.
Navalni agradeció especialmente la labor del equipo médico del hospital de la Charité de Berlín y de los fisioterapeutas que lo trataron. El opositor ruso se desplomó en un vuelo interno el pasado 20 de agosto y fue trasladado en avión a Berlín para recibir tratamiento.
La Unión Europea impuso en octubre sanciones contra varios altos funcionarios próximos al presidente ruso, Vladimir Putin, después de que laboratorios de Alemania, Francia y Suecia determinaran que Navalni había sido envenenado con un agente químico nervioso desarrollado por los soviéticos conocido como Novichok.
Navalni denunció que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia, la principal agencia sucesora de la KGB soviética, fue directamente responsable de su intento de asesinato. El presidente ruso desestimó las acusaciones en numerosas ocasiones.
Durante su estancia en Alemania, el líder opositor ruso mantuvo contacto con amplios sectores de la sociedad germana: Vecinos, comerciantes, profesores, policías, políticos, abogados, fiscales, periodistas, e incluso con la canciller, Angela Merkel, quien le visitó en el hospital.
"Sólo puedo expresar mi gran agradecimiento a todos", ha remachado Navalni en sus redes sociales.